Una y otra vez la historia se repite. Y es que los pacientes mejor que nadie, saben por regla general lo que de verdad está ocurriendo con nuestra sanidad, pues los que así lo desean, con poco que observen a su alrededor, o indaguen entre los profesionales, terminan por estar al tanto de la situación que estos viven, la cual, en algunos casos, podemos calificarla de dantesca.
Poco se puede añadir a esta otra carta aparecida de nuevo en un diario regional, pues el sentimiento de gratitud del paciente es palpable a través de sus palabras, lo cual me lleva a pensar una vez más, y ya voy perdiendo la cuenta, que a más de uno le debería de caer la cara de vergüenza. Claro que para ello, antes se tiene que ser profesional, actuar como tal, y no solo hacerlo por estética y de boquilla.
Lamentablemente, algunos y algunas en su trayectoria, están dejando mucho que desear, pues no hacen más que confirmar, con su forma de actuar, que son pura y llanamente unos estómagos agradecidos, incapaces de tomar decisión alguna por sí mismos, salvo aquellas que les vienen impuestas por otros personajes de escasa catadura moral.
Dicen que el camino se demuestra andando, claro que la trayectoria de algunos de estos personajes, los cuales, a mi modo de ver, no deberían de ser calificados como profesionales, y para ello no me baso solo en mi experiencia personal, sino que lo hago, a la vista de las experiencias vividas también por otros pacientes y sus familias.
Son tan solo seudo profesionales de la medicina, desgraciadamente su paso por ella, va quedar en los anales del servicio, como una de las más oscura etapas de la sanidad asturiana, que espero y deseo, lo persiga hasta los últimos días de su vida.
Menos mal que la luz parece divisarse al final de túnel, y el tiempo, juez inexpugnable, va dar y quitar razones, aunque para algunos pacientes estas llegaran demasiado tarde. No obstante, siempre queda alguien por quien luchar en esta vida, y algunos estamos dispuestos a llegar hasta el final, pero además, lo vamos hacerlo siendo conocedores de todas las consecuencias que ello nos puede acarrear.
Los pacientes cada día y a cada paso, demuestran su agradecimiento con cartas como esta, donde no ocultan su fe en la profesionalidad de quien los atiende, no obstante, es lamentable que otros/as, insisto, a mi modo ver, y en base a sus comportamientos, sean tan solo seudo profesionales, y no sean capaces de preguntarse ¿Qué estoy haciendo yo por mis pacientes? … Seguramente que si lograran responder a esta pregunta, pero además ser sinceros con ellos mismos, solo les quedarían dos opciones.
La primera abandonar lo que están haciendo.
La segunda, es pedir disculpas por todo lo que no hicieron, pero sobre todo, por lo que no dejaron hacer a otros, los cuales si luchaban por sus pacientes, con el único propósito de mejorar la calidad de vida de los mismos.
Pero ya lo dice el refrán, para lo que me queda en el convento, me cago dentro (con perdón).
------------------------------------La Nueva España.- 16/10/2015
Agradecimiento al equipo de quimio y radioterapia del HUCA
Manuel Vigo Anido (Vegadeo)
Manuel Vigo Anido (Vegadeo)
He asistido a un tratamiento de quimio y radioterapia en el HUCA y a través de este medio de comunicación quiero agradecer a todos los integrantes de dichos equipos el trato, afecto y cariño que he recibido de los mismos, empezando por las personas que te dan cita y te pasan a la consulta médica, siguiendo por los médicos y terminando con las personas que te atienden en la máquina de radioterapia.
Estamos acostumbrados a ver escritos en los que se hacen críticas o quejas del trato recibido en algunos casos (cosa que es totalmente normal y que todos debiéramos denunciar para que se corrijan), pero en muy pocos casos, por no decir casi nunca, he visto un escrito agradeciendo el trato recibido, por lo que, a través de este medio de comunicación, quiero felicitar y dar las gracias a todo el personal que me atendió en dichos equipos en el HUCA, y, en especial, a las personas que prestan servicio en la máquina de radioterapia, no sólo por su profesionalidad, sino por la paciencia, trato y cariño que tienen con los pacientes. En todos los días en que asistido siempre les he visto con buen humor y preguntando siempre cómo llevabas el tratamiento y cómo te encontrabas.
No me extiendo más, sólo reiterar mi agradecimiento a todo el personal de dichos equipos y desde aquí mandar un fuerte abrazo a todas y cada una de sus integrantes (me refiero a dichas personas en femenino dado que todas las que me atendieron a mí eran mujeres).
Por la profesionalidad cobran, pero el afecto y cariño que prestan no tienen precio.
Vegadeo, 15 de octubre de 2015
Fdo: Manuel Vigo Anido.
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