domingo, 27 de julio de 2014

Un día más, una carta de denuncia más, un "caso puntual",... MAS.


Un día más, una carta de denuncia más, un "caso puntual",... MAS.

Un día más, una carta de denuncia más, Consejero un “caso puntual” más, diga usted ¿cuántos van ya? un paciente al que no se puede atender como se debiera por parte de los PROFESIONALES de la Sanidad asturiana, porque una banda de presuntos delincuentes continua al frente de la administración sanitaria, eso si, con la bendición de un vago redomado, irresponsable y necio Presidente del Principado de Asturias, que continua inmerso en la sinrazón, haciendo caso omiso de las advertencias que tanto los PROFESIONALES, como los ciudadanos venimos haciendo, pues somos lo que padecemos directamente las circunstancias que rodean la atención sanitaria,  que algunos se empeñan en decir que dispensan, pero que de la mano del Consejero de Sanidad Faustino Blanco es una “Sanidad estética”.

El concepto “Sanidad estética” lo aplico en estos momentos de turbulencias políticas, sociales y económicas, donde los ciudadanos que necesitamos de la atención de los PROFESIONALES, nos encontramos que en muchos casos no pueden acometer su trabajo por las restricciones que les vienen impuestas por los gestores administrativos, que no son más que ex –profesionales en excedencia de la medicina, metidos a políticos, los cuales en una muestra de incapacidad manifiesta, no saben que hacer con el cometido que alguien les puso en las manos.

Los PROFESIONALES continúan luchando contra viento y marea, haciendo de tripas corazón, poniendo al mal tiempo buena cara, mimando a los pacientes hasta el extremo, ejerciendo de médicos, de sicólogos, de auxiliar, incluso de celadores, pues salen ellos mismos a las salas de espera, cuando no a los pasillos, para llamar a los pacientes, pues las pantallitas no funcionan, están llevando su profesionalidad a límites insospechados por ellos mismos, con el sano propósito de que no se noten las carencias, claro que ante algunas situaciones como la falta de analíticas, poco o nada pueden hacer, salvo esperar, no obstante llegados a este extremo, son los pacientes los que son llevados a la desesperación, más si cabe, si como en esta carta se denuncia las “pequeñas incidencias” que los obligan a marchar para casa sin poder recibir su tratamiento.

Oiga Consejero, que estamos hablando de la salud de los ciudadanos, de la vida de muchos de ellos, usted perdió el culo camino del viejo HUCA del Cristo, para interesarse por la salud del Presidente del Principado, el señor Javier Fernández, pues él es uno más, y el resto tenemos los mismos derechos, pues cumplimos religiosamente con nuestras obligaciones.

Por cierto Faustino, permíteme que te tute, pues ya son muchos días hablando contigo a todas horas. Esta señora y yo mismo, sabemos de lo que estamos hablando, pues al igual que otras muchas cientos de pacientes en Asturias, lo venimos sufriendo en nuestras carnes, o en las de las de nuestros familiares, hablo de la demagogia, la ineptitud, tu capricho personal llevado al extremo, incluso el abuso de poder que estas ejerciendo sobre la sociedad, pero tranquilo Tino, "que nun choveo, que nun parase".
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La Nueva España.- 25 de Julio de 2014 - Edición digital e impresa

Pequeñas incidencias en el HUCA
Natividad Nieto Fernández (Oviedo)

Señor consejero de Sanidad del Principado de Asturias:
Soy un familiar de un paciente del departamento de oncología médica del HUCA y, como conocedora de todo lo acaecido tanto en consulta oncológica como en tratamiento en hospital de día, quiero indicarle las “pequeñas incidencias” de las que usted habla tanto en prensa como en televisión.

Se cita al paciente a primera hora de la mañana para la consulta con el doctor de oncología. Previamente, con los volantes del doctor, el paciente hace una amplia analítica cuyo resultado le indicará si debe o no dar la correspondiente sesión de quimioterapia. Sentados en la sala de espera delante de una pantalla y sin mover los ojos de ella, pues el complejo número que te da la máquina de la entrada aparece (si es que la pantalla funciona) sin el menor ruido para indicarte que ya te toca entrar en consulta, esperas y esperas a ser llamado. Por fin te acaban llamando, pero hete aquí que te encuentras que el doctor te indica que tu analítica todavía no está disponible; vuelta a esperar en la sala. Te vuelven a llamar y esta vez, qué suerte, el doctor sí dispone de la analítica, pero mirándola detenidamente se da cuenta de que el informe de parte de ella pone que “falta muestra”. ¿Cómo puede ser, si se sacaron cinco frascos y se mandaron los volantes con la analítica bien indicada? Pues no, resulta que el doctor no puede hacer nada; mañana perdida y el paciente se va para casa sin la sesión de quimioterapia, y lo que ello supone para el paciente oncológico. Y señor consejero, esto no es una “pequeña incidencia”, en ese momento en la sala de espera había bastantes pacientes y le puedo asegurar que a casi todos nos ha pasado lo mismo.

Me dirijo a atención al usuario para exponer mi queja. La señora que me atiende intenta quitarle hierro al asunto diciéndome que se trata de hechos puntuales. No se da cuenta de que estos hechos puntuales hacen que al paciente no se le pueda dar su tratamiento. Ruego a todas aquellas personas que pasen por lo mismo vayan a dicho departamento o a registro y dejen reflejadas sus “pequeñas incidencias” y que no lo retrasen para más adelante, esperando que todo se arregle; ya sé que lo que realmente deseamos es largarnos de allí e intentar que la impotencia que nos invade vaya poco a poco desapareciendo, aunque nunca nos olvidamos del problema por el que estamos pasando. Así que, por favor, no dejen para mañana lo que pueden hacer en el momento.

Otra “pequeña incidencia” es la ubicación de la farmacia que, a día de hoy, sigue estando en el antiguo Hospital. Los fármacos para dar la sesión de quimioterapia tienen que ser pedidos antes de las 13.00 horas, si se sobrepasa dicha hora ya no hay posibilidades de dar la sesión, pues la farmacia ya no baja la medicación, con el perjuicio que esto ocasiona al paciente.

También “pequeña incidencia” es la comunicación telefónica con el HUCA, pues es imposible poder contactar con el personal del departamento que precisas.

Afortunadamente para estos pacientes oncológicos están rodeados de un personal sanitario excelente: los doctores, las enfermeras, las auxiliares, el personal de administración. ¡Qué sería de ellos sin este maravillosos equipo para el que no tengo palabras de agradecimiento y que, en estos momentos tan difíciles en sus vidas, siempre ponen sus conocimientos, sus palabras llenas de aliento y ternura, sus sonrisas, su amabilidad, etcétera, haciéndoles sentirse un poco mejor! Gracias a todos.

Así que, señor consejero, póngase en lugar de estos pacientes y valore el efecto de pérdida de calidad en el servicio que se les presta, debido a esas “pequeñas incidencias”.


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