Este
asturiano cuenta a La Linterna el calvario que tuvo que atravesar para
conseguir un médico especialista después de tener fiebre
Blanca, es jubilada en
Asturias y vive junto a su marido Joaquín en Llanes, una pequeña localidad
costera al este de la región de 13.000 habitantes. Ella nos revela la cruda
realidad que enfrentan cada día: la disminución de servicios médicos en su
comunidad. "Notas que antes tenías muchas especialidades
en el centro de salud que ahora no tienes. Ahora,
solo vas para que te atienda el médico de familia", lamenta. Esta situación se vuelve aún más angustiante
cuando necesitas atención especializada, como una radiografía o una consulta
con un especialista. "Faltan médicos especialistas y faltan ambulancias".
Asturias se encuentra en una situación
crítica en este aspecto. La escasez de médicos de familia en la Atención Primaria es
evidente, con estimaciones que sugieren la necesidad de al menos 400 profesionales
más para cubrir las demandas actuales. Además, el envejecimiento de
la población médica agrava el problema, con un 40% de los médicos superando los
55 años.
12 días con el brazo roto
La
experiencia de Blanca, ilustra esta realidad. Después de sufrir
un accidente y romperse un brazo, se vio obligada a recorrer largas distancias
en busca de atención médica adecuada. La falta de radiólogos en
su centro de salud local la llevó a enfrentar un arduo proceso para tratar su
fractura en el brazo: “Me dijeron que me inmovilizara, que ellos se pondrían en
contacto conmigo. Estuve doce días con el brazo roto”.
La plantilla de médicos
especialistas en Asturias ronda los 3.400 y faltarían por cubrir más de 200
vacantes. El déficit en muchas de ellas pasa del 30%. Esto significa que los centros de salud o los hospitales
comarcales se quedan vacíos y por ende, los pocos especialistas que trabajan
tienen que hacer frente a una carga laboral muy difícil de asumir si se quiere dar un servicio de calidad. “Mi
endocrino me pidió la cita para el estudio de un fondo
de ojo y me dijo que fuera al médico de familia, aunque luego me
confesó que se tenía que operar de cataratas y lo iba a hacer por la privada”, relata Blanca.
"Me
censé en Oviedo para que me atendieran"
Mientras
tanto, Mauricio, otro residente de la zona, enfrentó una situación de
emergencia aún más grave. Una infección urinaria no
diagnosticada derivó en una sepsis, pero la falta de especialistas
en el hospital local complicó su situación. "En ese hospital no había
urología", cuenta Mauricio.
Así que tuvo dos opciones: esperar
de madrugada, con fiebre, alrededor 6 horas a que llegara una ambulancia o
conducir 125 kilómetros hasta un hospital donde tuvieran esta especialidad. Por suerte, su cuñado pudo
llevarle en coche, pero es un caso aislado, ya que hay mucha gente en Asturias
que no cuenta con la misma suerte.
Tanto
Belén como Mauricio aseguran no tener queja de los profesionales que les
atienden, dado que hacen lo que pueden. Se quejan, como muchos
asturianos, de la falta de médicos, de la falta de inversión en
infraestructura, de la excesiva rotación de la burocracia… porque todo eso,
acaba repercutiendo en la salud. Mauricio, de hecho, tuvo hace cinco años una pancreatitis y
tardaron un año en quitarle la vesícula, que era lo que
provocaba la enfermedad. “Me vi obligado a censarme en Oviedo para que me atendieran
allí”, relata.
La migración de
médicos especialistas hacia condiciones laborales más
favorables agrava la situación, evidenciando la urgencia de medidas para
garantizar una atención médica adecuada en Asturias.
Fuente documental:
https://www.cope.es/actualidad/sociedad/radiografia-de-la-sanidad-espanola/noticias/drama-mauricio-asturias-tras-sufrir-una-sepsis-letal-inverosimil-solucion-para-ser-atendido-20240423_3262906
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