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Hidroxicloroquina Ratiopharm 200mg 30 comprimidos, del grupo Teva, uno de los medicamentos que estarían indicados para luchar contra el coronavirus. |
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Resochin 155 mg, con cloroquina como principio activo, de Kern Pharma |
La Agencia Española de
Medicamentos autoriza que se emplee un viejo fármaco contra la artritis y la
malaria para combatir cuadros de neumonía en pacientes ingresados por
coronavirus.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos
Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, emitió este lunes
una nota que valida la aplicación de cloroquina e hidroxicloroquina a pacientes ingresados que presenten neumonía como
consecuencia de una infección por coronavirus. Hospitales de
toda España empleaban desde hacía días esas moléculas para intentar frenar el
avance del SARS-Cov-2 en enfermos graves, pero el organismo regulador ha dado
ahora el visto bueno a su utilización y ha impuesto estrictos controles sobre
esos dos principios activos para tratar de asegurarse existencias.
La
cloroquina y la hidroxicloroquina cuentan con una larga historia médica. Se
usan desde hace casi un siglo para combatir la artritis, el lupus y la malaria. En España, se
comercializan principalmente bajo las marcas Resochin,
Dolquine, Hidroxicloroquina
Ratiopharm y Xaban. Su uso ha estado acotado durante décadas a esas patologías.
Sin embargo, hace un mes, como publicó este diario, científicos
chinos descubrieron su capacidad para frenar el avance del virus, y otros
investigadores estadounidenses y franceses han hecho posteriormente ensayos que
demostrarían que también presenta propiedades profilácticas, imprescindibles
para proteger al personal sanitario encargado de tratar a los enfermos por
Covid-19, por ejemplo
En su nota, la AEMPS admite
que la eficacia de la cloroquina e hidroxicloroquina en la lucha contra el
coronavirus no está completamente demostrada. “Se está
evaluando en un buen número de ensayos clínicos cuyos resultados no se han publicado
por el momento. Se considera, por tanto, que el nivel de evidencia todavía es bajo y
basado en los datos preclínicos y de seguridad en otras indicaciones”, asegura
la agencia, antes de anunciar que, pese a esas prevenciones, las expectativas
que han generado estos principios activos son muy altas.
Por
ello, y ante la situación de emergencia, el organismo
dependiente de Sanidad ha decidido saltarse el protocolo para aceptar nuevas
indicaciones de medicamentos ya existentes. En su nota, establece que la
cloroquina y la hidroxicloroquina se proporcionarán de ahora en adelante solo a
los “pacientes crónicos” (es
decir, los que ya las tomaban por artritis, lupus o malaria); para los “ensayos clínicos de
todo tipo que incluyan hidroxicloroquina o cloroquina entre sus tratamientos”
(en España, se está realizando al menos uno en Barcelona que cuenta con una
cohorte de 3.000 participantes), y, por último y más importante novedad, para
el “tratamiento de pacientes
ingresados con neumonía”, la principal afección que desarrollan los
infectados con coronavirus.
La AEMPS desaconseja
utilizar la cloroquina o la hidroxicloroquina “en otro tipo de situaciones
clínicas fuera del contexto de ensayos clínicos autorizados”, como, por
ejemplo, con fines preventivos, como han empezado a utilizarlas algunos
profesionales de la sanidad, el sector más golpeado por la pandemia. El
director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del
Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, anunció este martes que ya se han
contagiado 5.400 médicos, enfermeros y
otros trabajadores sanitarios, 1.490 más de los que se habían contabilizado un
día antes.
La
nota de la Agencia del Medicamento convierte en oficial el uso que, en la
práctica, ya se estaba haciendo de la cloroquina y la hidroxicloroquina en los
hospitales de toda España. Los protocolos de la mayoría de comunidades
autónomas incluyen desde hace días la administración de esos principios activos
a los enfermos más graves, junto a antibióticos y antivirales. A falta de un fármaco
específico contra el Covid-19, la solución más esperanzadora es por ahora un
viejo medicamento contra la artritis y la malaria que en España se dispensa a
partir de solo 6,75 euros el envase.
El Gobierno se ha
lanzado a tratar de comprar el mayor número posible de dosis de estas moléculas
en el mercado internacional, pero tendrá que ponerse a la cola. La capacidad de
producción está limitada y España tendrá que competir con otros gigantes
mundiales que ya cuentan con ensayos clínicos propios. El propio Simón admitió
el domingo que el fármaco “no está tan disponible” porque los resultados de
las primeras investigaciones han provocado un “efecto llamada”. El Ejecutivo ha llegado tarde.
Fuente documental:
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