Los
"medicamentos a evitar" 2018: la guía de 90 productos que causan más
mal que bien
Una organización sin
ánimo de lucro ni relación con la industria farmacéutica publica cada año una
relación de las medicinas que, según sus investigaciones, deberíamos evitar
Desde
2010, la revista mensual francesa “Prescrire”
publica una nueva edición de los “medicamentos a evitar”, una guía en la que
enumera aquellos fármacos analizados cuyos efectos negativos no
compensan los positivos. Todos ellos están autorizados tanto en
Francia como en el resto de la Unión Europea y, como recuerdan continuamente
los responsables, su independencia de la industria
farmacéutica está
garantizada debido a que su única vía de financiación
son las suscripciones de lectores (en 2013 tenía más de
33.000).
Su
objetivo, señala el informe, es “facilitar la elección de un tratamiento de
calidad, y prevenir daños desproporcionados a los
pacientes”. A menudo, cuando estos deben enfrentarse a enfermedades
graves para las que no hay una solución clara, se les proponen tratamientos sin
ser debidamente informados de sus posibles efectos secundarios. “Incluso en
situaciones graves, cuando no existe un tratamiento efectivo, no hay
justificación para prescribir un medicamento cuya eficacia no ha sido probada y
que es más dañino que beneficioso”, recuerdan los autores de la revista,
editada por la AMP (Association Mieux Prescrire), sin ánimo de lucro.
A la
edición del pasado año se añaden la metopimazina y la nifuroxazida, utilizadas
para tratar la gastroenteritis
El
informe también recuerda que “el hecho de que un nuevo medicamento haya sido
autorizado para el mercado no significa que su equilibrio entre daños y
beneficios se haya documentado completamente”; a menudo, los efectos
secundarios solo aparecen con el paso de los años. De ahí que la revista analice
de forma “sistemática y reproducible” la literatura científica (ensayos médicos
y estudios farmacotoxicológicos) sobre estos medicamentos con el objetivo de
valorar la eficacia de cada uno de los cuales, centrándose en si los beneficios
superan a los efectos negativos. Como recuerda el informe, algunos son medicamentos comercializados desde hace años y utilizados con
frecuencia.
En la
última edición se han identificado 90 medicamentos. No obstante, otros análisis
semejantes han arrojado resultados un poco distintos a los de la publicación
francesa. Este mismo año, el diario de la Asociación Médica Canadiense realizó una revisión de 36 de los medicamentos que,
según la edición 2017 de la lista, debían evitarse.
Aunque en la mayoría de casos (31) los resultados fueron semejantes, las
diferencias entre una y otra animan a tomar el listado de “Prescrire”
como una guía orientativa más que como una biblia.
Dos nuevas adiciones
A la
edición del pasado año se añaden la metopimazina, utilizada para tratar la
gastroenteritis aliviando sus síntomas, y que según el análisis de 'Prescrire'
presenta efectos cardíacos adversos (de arritmias y síncopes a muerte súbita en
algunos casos). Como recuerda el informe,“reacciones inaceptables” para
un medicamento que tan solo sirve para cortar diarrea y vómitos. También la
nifuroxazida, un antibacteriano intestinal. Respecto al año anterior, ha
desaparecido el ranelato de estroncio, que trataba la osteoporosis, y que fue
retirado del mercado a mediados de 2017.
¿Qué hacemos con los enfermos de Alzhéimer?
Uno de
los ejemplos más claros de medicamentos que no terminan de funcionar son los
relacionados con el declive cognitivo. El informe recuerda que los disponibles
a principios de 2018 solo tienen “una eficacia mínima y
pasajera”. Son fármacos que suelen entrar en conflicto con otros y
que tienen una gran cantidad de efectos adversos. De ahí que la revista
recomiende otros tratamientos como “reorganizar la vida diaria del paciente,
mantenerlo activo y proporcionarle ayuda” en lugar de emplear medicamentos como
el denepezilo, la galantamina y la rivastigmina, que pueden provocar problemas
intestinales, cardíacos e, incluso, en el caso del primero, hipersexualidad. Se
trata de inhibidores de la colinesterasa que en 2013 ya habían sido objeto de
una recomendación específica. También la memantina, que puede dar lugar a
desórdenes neuropsiquiátricos.
El tratamiento estándar
de la esclerosis múltiple, el interferón beta, es criticado en el trabajo por
sus limitaciones y efectos negativos. Algo que tiene en común con otros tres inmunodepresores que suelen consumirse
habitualmente para tratar esta enfermedad crónica: el alemtuzumab, el
natalizumab o la teriflunomida. El informe recomienda tener también cuidado con
medicamentos para las migrañas y el Parkinson como la flunarizina, la oxetorona
(es mejor decantarse por el propranolol), así como con la tolcapona.
El problema con los
antidepresivos
Algunos
de los medicamentos recetados para tratar la depresión tienen
una utilidad sensiblemente menor a otros, y ofrecen muchos más riesgos. Debido
a que los efectos secundarios pueden tardar mucho en aparecer,
el informe recomienda decantarse por aquellos cuyas consecuencias están más
documentadas. Entre los no recomendados se encuentran la agomelatina (sin
eficacia demostrada más allá del efecto placebo), la duloxetina (que puede
causar de hepatitis a problemas cardíacos), el citalopram y escitalpram, así
como el milnacipran y la venlafaxina, que tienen tanto los efectos negativos de
los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina como otros
adicionales (problemas cardíacos). También la nada eficaz tianeptina, que puede
causar hepatitis, reacciones dermatológicas peligrosas y adicción.
Cuidado
con los medicamentos para dejar de fumar: el bupropión, una anfetamina, puede causar tanto desórdenes
psiquiátricos como reacciones alérgicas. Otros medicamentos psicotrópicos que
se deben consumir con precaución son la dapoxetina y la etifoxina.
Aliviando el dolor
Como ha
demostrado la epidemia de opiáceos en EEUU, no hay dolencia que lleve a
tantos desmanes con los medicamentos como el dolor crónico. El trabajo presenta
un amplio catálogo de medicamentos con los que hay que tener cuidado. En primer
lugar, los tan controvertidos antiinflamatorios no esteroideos como los
inhibidores del Cox-2 (celecoxib, etoricoxib y parecoxib), el keoprofeno y el
piroxicam. Destaca también el diclofenaco: el Voltaren, su nombre comercial, fue restringido en España tras la
publicación de diversos estudios por la Agencia Europea del Medicamento.
El
estudio recuerda que aún no existen medicamentos capaces de provocar una
pérdiad de peso sustancial sin causar otros daños
El
estudio recuerda, además, que no existen medicamentos con efectos probados
contra la degeneración de las articulaciones, así que avisa contra la
diacereína y la glucosamina. Más allá de estas dos clases, el informe
recomienda vigilar la capsaicina, un compuesto químico extraído de los pimientos
picantes que es “poco más eficiente que un placebo”, el
denosumab, el matocarbamol y el tiocolchicósido. Ojo con la quinina utilizada
para combatir los calambres: es un alcaloide poco efectivo que puede provocar
reacciones anafilácticas, desórdenes hematológicos y arritmias cardíacas.
Demasiado corazón
Entre
los medicamentos no recomendados se encuentra el aliskireno (no previene
infartos sino que aumenta su probabilidad, así como la de fallo renal; mejor
decantarse por un inhibidor de ACE), bezafibrata, ciprofribata y fenofibrata
(utilizadas para tratar el colesterol y que pueden provocar desórdenes renales,
cutáneos y hematológicos); dronedarona (menos efectivo que el antiarrítmico
amiodarona), ivabradina (que no tiene ventajas a la hora de tratar los fallos
cardíacos o la angina de pecho), nicorandil, olmesartan, ranolazina (cuyo
mecanismo “aún no está claro”), la trimetazidina (mejor utilizar
amlodipina y verapamil) o el vernakalant (es preferible recurrir a la
amiodarona).
Consejos para diabéticos
El
informe llama la atención sobre los medicamentos utilizados para hacer
descender los niveles de glucosa en la sangre que, si bien son capaces de
hacerlo ligeramente, sí provocan otros efectos negativos y no protegen contra otras complicaciones de la enfermedad.
Se trata en concreto de la alogliptina, la linagliptina, la saxagliptina, la
sitagliptina y la vildagliptina; también la pioglitazona, en cuyas
consecuencias negativas se encuentra el aumento de la posibilidad de padecer
cáncer de vejiga.
Si se
está intentando adelgazar, el estudio recuerda que aún no existen medicamentos
capaces de provocar una pérdida de peso sustancial sin causar otros daños. En
su radar se encuentran la mezcla de bupropión con naltrexona, así como el
orlistat o tetrahidrolipstatina. Aunque permite una pérdida de peso a corto
plazo (alrededor de 3,5 kilos más que el placebo en un plazo de entre uno y dos
años), puede alterar la absorción gastrointestinal de
nutrientes como la vitamina A, D, E o K. Y cuidado si estás tomando la píldora:
en caso de severa diarrea provocada por este medicamento, su eficacia puede
verse reducida.
En las tripas y en la cabeza
El
informe también desaconseja el consumo de los neurolépticos domperidona,
droperidol y metopimazina. El omeprazol, por el contrario, presenta un equilibrio mucho más favorable a la hora
de aliviar el reflujo en el esófago. Otra alternativa es la metoclopramida, que
aunque también provoca efectos secundarios cardíacos, tiene una eficacia mucho
mayor a la hora de prevenir diarreas y náuseas. La nifuroxazida y la
prucaloprida también aparecen destacadas negativamente en el trabajo.
¿Qué pasa con los antineoplásicos?
Estos
medicamentos conocidos popularmente como anticancerosos detienen el crecimiento de las células tumorales. Sin
embargo, recuerda el informe, algunos tienen un mejor equilibrio entre daños y
beneficios que otros. Entre aquellos sobre los que llaman la atención se
encuentra la mifamurtida, el nintendanib, el olaparib, la panobinostata, la
trabectedina, el vandetanib y la vinflunina. Además de este grupo de
medicamentos, se llama la atención sobre el defibrotide (Defitelio),
antitrombótico que suele emplearse para disolver coágulos después de un
transplante de células madre, y que no tiene mayor impacto que un tratamiento
sintomático.
Otros
Estos
son el resto de fármacos contraindicados en el informe, cuya próxima edición
será publicada a comienzos del año que viene:
· Dermatología y alergias: el antihistamínico mequitazina tiene un mayor riesgo que otros
medicamentos de provocar arritmias cardíacas. Tanto la loratadina como la
cetirizina son mejores alternativas. El informe también destaca la
dexclorfeniramina inyectada por encima de la prometazina para tratar la
urticaria severa. El tracrolimo apenas tiene diferencias respecto a otros
inmunodepresores a la hora de tratar los eczemas atópicos, pero aumenta el
riesgo de cáncer de piel y el linfoma.
· Ginecología y endocrinología. El informe se centra en dos
medicamentos comúnmente utilizados en la terapia de reemplazo hormonal: se
trata de la combinación de estrógenos conjuntados y bazedoxifneo, así como la
tibolona.
· Enfermedades infecciosas. En lugar de moxifloxacina, el informe propone recurrir a
la ciprofloxacina o la ofloxacina. Y, en lugar de telitromicina, sugiere
utilizar espiramicina o azitromicina.
· Oftalmología. Las gotas ciclosporina que se utilizar para tratar a los
enfermos de keratitis suelen ocasionar irritación y dolor de ojos; es
preferible emplear lágrimas artificiales. Además, los autores recuerdan que aún
no existe ningún medicamento para tratar la neuropatía óptica hereditaria de
Leber con una buena relación daño/beneficio, ni siquiera la idebenona.
· Pulmonología. Cuidado con decongestionantes como la efedrina, la
nafazolina o la fenilefrina, vasoconstrictores que pueden causar peligrosos
desórdenes cardiovasculares. El estudio también llama la atención sobre los
mucolíticos ambroxol y bromhexina, cuya eficacia no es superior al efecto
placebo. Folcodina, tixocortol, manitol, nintendanib, roflumilast y el
selexipag oral son otros medicamentos puestos en duda por el análisis.
·
Fuente documental:
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-10-20/prescrire-medicamentos-evitar-2018_1632382/
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