jueves, 2 de noviembre de 2017

A vueltas con las listas de espera

Asturias, ¿entre las regiones con menores listas de espera?
Adolfo J. Sanchez de la Venta


Que el consejero de Sanidad del Gobierno de Asturias se permita el lujo de afirmar que el 99% de los pacientes se operan antes de los seis meses, además de ser totalmente incierto, es al menos quererle tomar el pelo a los usuarios, al menos en Area V, que incluye Gijón, Carreño y Villaviciosa. La demora en atención especializada y cirugía en esta zona es clamorosa y vergonzante. Y estas afirmaciones no las hago a vuela pluma, si no que las sufro en mis propias carnes, en miembros de mi familia y en decenas de amigos y conocidos, que han caído en este “limbo de las listas de espera” cuya existencia el señor Busto desconoce. Eso, o es el mejor cómico de España ¿Cree el consejero que yo mismo lleve en lista de espera en Urología siete meses por una piedra en un riñón, y que aún tenga otra espera de unos cuatro meses para una ecografía? Quizás crea el señor consejero que es lo normal y aceptable una espera de cuatro meses para hacer un “ecodoppler” para poder hacer un diagnóstico del cual llevan esperando otros tres meses. Por ponerle algún ejemplo más, el servicio especializado en Traumatología  tiene una lista de espera de seis meses, el servicio especializado de Neurología, simplemente para una primera consulta, tiene tres meses de espera; una intervención de rodillo, mínimo cinco meses; una intervención de cadera, otros 5 o 6 meses; suma y sigue. Tras estas descomunales listas de espera que parecen ser imaginaciones de los pacientes, señor consejero, están seres humanos que sufren,  se desesperan y, en el mejor de los casos, tienen que acudir en el mejor de los casos a los servicios de urgencias, ya con su salud más deteriorada, así como su calidad de vida y la de sus familiares. Y si hay suerte puede que los ingresen y resolver el problema, pero con un evidente coste económico muchísimo más elevado para la sanidad pública que lo único, que persigue es todo lo contrario. Y, ante todo esto, el máximo responsable de la sanidad asturiana aún alardea, se jacta y se vanagloria de no tener listas de espera. Pero no termina aquí su osadía: para mayor cachondeo, aun alienta a los pacientes afectados de estas listas fantasma a que, si no están conformes con su cita, plateen una reclamación, para continuar riéndose del paciente. A la vista de esto ¿Cómo no va haber intentos de “brexit” por doquier? Qué se yo, el último que pague la luz.  

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