“Estallidos” de los cristales en la fachada del HUCA
· La rotura espontánea de seis vidrios espejados obliga a reforzar
parte del muro del hospital
·
· Se colocarán marquesinas de metacrilato en el bloque de
consultas externas, donde varios frontales se quebraron de forma súbita y
cayeron al patio. La obra costará 176.000 euros
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Fue presentado en su día como «un hospital dentro de un parque»,
donde los edificios espejados (por aquello de los muros de cristal) simularían
una lámina de agua que se camuflaría con el supuesto entorno verde. Era la idea
que los arquitectos Juan Navarro Baldewg y Ángel Fernández Alba tenían en su
cabeza cuando en 2002 proyectaron lo que hoy es el nuevo HUCA. El caso es que
con apenas tres años de andadura, la fachada acristalada, que se ha convertido
en toda una seña de identidad del Hospital Universitario Central de Asturias,
empieza a dar problemas. Y no solo de limpieza en una región lluviosa que hace
que los cristales parezcan mal conservados y algo sucios, sino también
problemas de seguridad. Tanto, que el HUCA se ha visto obligado a reforzar la
fachada acristalada. Lo hace después de que algunos vidrios estallaran de forma
espontánea y cayeran en zonas por donde transita gente, tal y como reconoce la
propia Gispasa en la memoria del proyecto que se llevará a cabo como medida de
seguridad.
Según ha podido saber EL
COMERCIO, Gispasa acaba de sacar a concurso la instalación de marquesinas en el
edificio de consultas externas, una actuación en la que se gastará 176.000
euros. La idea es colocar semitechos de metacrilato en los patios interiores de
la zona ambulatoria, conocida como 'el edificio de los dedos' por los cuatro
bloques horizontales y escalonados que le dan forma.
La empresa que gestiona
parte del nuevo HUCA detalla que hasta en seis ocasiones se produjeron
«estallidos» repentinos de vidrios de fachada en los patios de consultas
externas. En 2015, solo un año después de su apertura, se registró el primero
el 19 de noviembre, y otro más el 29 de diciembre. El suceso se volvió a
repetir en 2016, en concreto, el 23 de marzo, el 13 de junio, el 27 de agosto y
el 30 de diciembre.
Los cristales empleados en
los muros exteriores del HUCA son, según Gispasa, «vidrios que han recibido un
tratamiento (templado) para que al romperse lo hagan en pequeños trozos, de
poco peso y formas no puntiagudas que, en caso de precipitarse sobre personas,
no las lesionen». Se consideran, según la normativa nacional, cristales de
seguridad. El caso es que cuatro de esos vidrios se rompieron «pero no cayeron
en el patio». Pero «otros dos, instalados en la banda de forjado, se
precipitaron sobre el patio», admite la empresa del HUCA, lo que disparó las
alarmas. Gispasa encargó un informe a la empresa Tecnalia para dictaminar las
causas de lo ocurrido y también sus posibles soluciones.
Con la actuación se busca
«evitar que esta posible lluvia de pequeños vidrios afecte a las personas que
se encuentren en los patios en el momento de la rotura». En su análisis,
Tecnalia concluyó que pese a los desprendimientos, la fachada acristalada del
HUCA cumplía la normativa y que su ejecución había sido correcta. Explica,
asimismo, que «la causa de los estallidos súbitos se debe al aumento de volumen
de la partícula incluida en el vidrio templado de sulfuro de níquel».
¿Solución? Instalar unas marquesinas que hagan de parapeto, puesto que la caída
de cristales puede volver a repetirse.
Para llevar a cabo esta
actuación será necesario desmontar parte de los muros de cristal del edificio
de consultas externas. Las marquesinas se instalarán en los tres patios que
separan los 'dedos' de la zona ambulatoria. Los tres disponen de un cerramiento
de vidrio que simula un muro cortina. Según explica la memoria del proyecto de
adjudicación, «los muros están construidos con unas bandas acristaladas
(ventanas corridas) en la zona de visión y unas bandas de vidrios colgados a
modo de fachada en los pasos de forjado. Los cristales empleados son de dos
tipos, por un lado, espejados (los que dan al exterior) y por la parte trasera,
pintados.
Delicado
operativo
Desmontar y montar los muros
de cristal será un operativo complejo y delicado. «Se necesitarán medios
humanos y auxiliares adecuados», indican los técnicos. La operación consistirá
en descolgar cada vidrio, depositarlo con protecciones y volver a colgarlo
cuidando los golpes, principalmente en los cantos y las esquinas. Las
marquesinas que se empleen serán de metacrilato. Se instalarán en la parte baja
de la primera banda de vidrios e irán colgadas de cables de acero inoxidable.
Se situarán en todo el largo de los dos frentes de cada uno de los tres patios
y tendrán una longitud de 249 metros. En el caso de que algunos de los
cristales se rompiera durante el proceso, la empresa ejecutora de la marquesina
deberá correr con los gastos de reposición.
Gispasa exige en su pliego
de adjudicación que la instalación de las marquesinas «ha de ser muy cuidadosa
y debe replantearse adecuadamente para que el resultado final dé un frente de metacrilatos
todos ellos perfectamente alineados, rectos y sin alabeos. Es decir, han de
verse paralelos y a nivel en la junta abierta entre planchas y perfectamente en
línea en el extremo del voladizo».
Para que la realización de
estos trabajos afecte de forma mínima a la actividad asistencial, la empresa no
podrá hacer el montaje en horario de 8 a 15 horas y deberá aceptar trabajar los
fines de semana.
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