Llevamos más de tres años
denunciando la grave problemática de la sanidad pública asturiana. Hoy deseamos
aportar nuestro pequeño grano de arena, a una problemática surgida en el
olvidado occidente asturiano. Queremos denunciar las políticas sociales que
lleva a cabo el desgobierno de Asturias. Pero queremos hablar de las políticas
reales, no de aquellas que nos venden a través de los medios de comunicación afines,
que ellos mismos alimentan con subvenciones, para después manejarlos a su
antojo y capricho.
A la sociedad asturiana se
nos vende un día sí y otro también, la gran atención que se presta a la
discapacidad, a las personas con problemas de toda índole, pero no son más que medias
verdades, que a poco que nos fijemos, no dejan de ser más que mentiras
manipuladas de forma interesada hasta la saciedad.
La Asociación
Fraternidad es un colectivo que tiene su sede en el Centro de Apoyo a la
Integración “Villamil”, se encuentra
situado en la localidad de Serantes, a unos 5 km. de la capital del concejo de
Tapia de Casariego. Este es un colectivo sin ánimo de lucro, dirigido a prestar
una atención integral y de habilitación profesional a personas con discapacidad
intelectual mayores de 16 años, que en su inmensa mayoría viven en la comarca del occidente.
Esta asociación surge por iniciativa de un grupo de padres en el año 1981, su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual. Al mismo tiempo, pretende poner en contacto a las familias que comparten una misma problemática, para así intentar promover el cambio de actitudes sociales hacia estas personas.
Esta asociación surge por iniciativa de un grupo de padres en el año 1981, su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual. Al mismo tiempo, pretende poner en contacto a las familias que comparten una misma problemática, para así intentar promover el cambio de actitudes sociales hacia estas personas.
LOS CHANCHULLOS DEL
PRINCIPADO
Hace ya algunos meses que vienen
denunciando el grave problema que viven con el transporte. El cual se llama
68.700 euros, que son los que les debe la administración regional socialista asturiana,
y que ya hace más de un mes se comprometieron a resolver, eso sí, antes de que
finalizara el año.
La Consejera de Servicios y
Derechos Sociales Pilar Varela, asegura que se está financiando “con total
normalidad”, las 45 plazas de atención a las personas con discapacidad, las
cuales tienen su sede social en el Centro de Apoyo a la Integración (CAI)
Villamil de Tapia de Casariego, que es gestionado por la Asociación
Fraternidad (insisto, sin ánimo de lucro).
Los trabajadores del centro
ocupacional llevan desde el mes de julio sin percibir sus salarios, lo que pone
a la entidad en serio riesgo de poder continuar son su actividad. Hace algún
tiempo que este, al igual que otros colectivos de esta índole, disponen de su
propio medio transporte. Pero la consejería en su afán intervencionista y de
controlar todo aquello que no puede manejar a su antojo, decidió privatizar el
transporte sacando el servicio a concurso. Ahora Fraternidad se encuentran que
la administración no le deja hacer algo que lleva haciendo toda su vida, y por
el contrario decide subvencionar otro de sus inventos, dejando a este colectivo
con el culo al aire.
Pues
bien, el Principado adjudica el transporte de Fraternidad, mientras les
adeuda 68.700 euros. Por otro lado la entidad tapiega se niega a dejar de
llevar a los usuarios en el autobús de su propiedad, al cual desde hace unos
días sigue a diario en su recorrido y vacío, otro autobús, al cual ahora el
Principado decidió adjudicar el servicio.
El presidente
de Fraternidad, Jaime F. Pola, se reunió con representantes de la Consejería
para tratar de llegar a un acuerdo, sin éxito. "Dicen que nuestro
transporte no es legal, pero que esperan pagarnos lo que nos deben en
breve", y no termina de comprender esta situación.
La situación va degenerando
con el paso de los días, y es que desde la consejería que preside Pilar Varela,
insisten en asegurar que el transporte que se venía prestando hasta ahora no es
legal, por lo que desde este mes la Consejería ya no les pagará por hacer la
ruta al tener el servicio contratado con otra empresa externa al centro. Así
que ahora el gasto deberá de asumirlo Fraternidad por su cuenta.
Por su parte la entidad sin
ánimo de lucro, defiende la legalidad de su transporte y no quiere renunciar a
un servicio que prestan "con más calidad" y de forma más económica
que una empresa privada.
Fraternidad asegura que el
servicio que ellos realizan tiene un costo de 6.250 euros al mes, mientras que
el que adjudica la consejería a una empresa privada, duplica ampliamente este
coste. El colectivo asistencial dispone por su parte de dos furgones y un
autobús de 26 plazas, que conduce un trabajador contratado a tal fin.
El tema ya fue llevado a la
Junta General, el primero en intervenir fue el grupo de Podemos, que considera
"incomprensible que disponiendo de un vehículo propio no puedan gestionar
su propio transporte, cuando está demostrado que lo hacen con menos dinero y
mejores resultados". Piden al Principado una solución para "devolver
el apoyo económico al servicio de transporte propio". Además, presentará
una enmienda a los presupuestos para crear una partida en el capítulo de
transferencias que permita abonar los 68.760 euros que se les debe.
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