Cuando las altas esferas no responden y se muestran
insensibles ante los problemas que padece la sociedad, al final ocurren cosas
como la que hoy publicamos.
Mientras que los gestores de la Sanidad Pública
permanecen de vacaciones, y los responsables políticos por su parte disfrutan en este periodo, que no deja de ser
una prolongación de ese otro tiempo vacacional en el que permanecen todo el año.
Pues como queda contrastado día tras día, en la mayoría de los casos no dan un
palo al agua. A todas estas, la sociedad asturiana tiene que padecer la incompetencia
de unos y la dejadez de los otros, que unida a la irresponsabilidad de unos pocos, nos lleva a
situaciones como la que hoy se denuncia.
Claro que ahora llega el turno de … el cual sin el
menor rubor nos dirá aquello de, “es un desgraciado incidente”. O quizás nos
digan que no debemos de generalizar, que tenemos una muy buena sanidad y esto
es tan solo un “caso puntual”. Pero lo que no terminan de entender esta plaga
de incompetentes, es que a cada uno de nosotros nos duelen los nuestros.
La noticia en si es triste, lamentable, produce indignación e impotencia.
Indignación por la situación sufrida por la familia de la paciente, que de
nuevo se ve impotente ante la falta de sensibilidad por parte del profesional. Aunque
posiblemente sea mayor la situación de Impotencia, al comprobar que dadas las
circunstancias personales no pueda llevar el caso ante la justicia, la cual ya
de por si debería de actuar, e investigar este nuevo caso de … debería de ser
un juez quien decidiera como denominarlo, aunque seguro que la familia como
ocurre en otros casos lo tiene claro.
Al final de todo nos quedamos con algo muy positivo, y
es que en el occidente de Asturias disponemos de un GRANDISIMO EQUIPO DE PALIATIVOS.
Les puedo asegurar por experiencia personal, que son para sacarse el sombrero. Ya
que no está solo formado por dos grandes profesionales, excelentes personas, que además aglutinan entre ambos una gran humanidad, algo que desgraciadamente
se está perdiendo en esta profesión, que no debería de abandonarse a su suerte,
pues por culpa de ese abandono, nuestras vidas corren peligro.
La noticia es en si preocupante, pese a quien pese,
causa una vez más alarma en la sociedad, por la falta de profesionalidad, pero
sobre todo por la carencia de HUMANIDAD.
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EL COMERCIO
«Mi madre falleció con agonía
porque el médico no quiso ir a casa», denuncia una naviega
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Chelo Pérez, que presentará en el centro de salud de Navia una queja por la
actitud de este facultativo, cuenta que el médico «nos pidió escuchar la
respiración de mi madre a través del teléfono»
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«El médico de guardia no quiso atender a mi madre». Así explica Chelo Pérez
la situación que sufrió el pasado julio, cuando su madre, que padecía un cáncer
terminal, comenzó a respirar de modo agitado y llamaron al médico.
Chelo Pérez, que presentará en el centro de salud de Navia una queja por la
actitud de este facultativo, cuenta que el médico «nos pidió escuchar la
respiración de mi madre a través del teléfono». Una situación que calificó como
«lamentable» y quiere denunciarlo «para que no le ocurra a ningún otro
paciente», dice Pérez, quien aclara que no acudirá a los juzgados porque no
puede económicamente.
Su madre, que estuvo «muy bien atendida por los médicos de paliativos»,
falleció «con agonía» ante, remarca, la negativa del médico de guardia de ir a
atenderla al domicilio familiar.
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