Son pocos los casos, pero de un tiempo a esta parte, es cada día más habitual
encontrarse con cartas de denuncia en los medios de comunicación. Se da la
circunstancia que son los mismo profesionales, aquellos que se niegan a seguir directrices
de la gerencia, quienes advierten a los pacientes y sus familias lo que está
ocurriendo, cosa que es de agradecer, aunque o todo el mundo sabe hacerlo. Tampoco
deberíamos de meterlos a todos en un mismo saco, pues de todo hay en la villa
del señor.
Una cosa esta muy clara, que cuando llegamos a los 65 años, dejamos de ser
interesantes para el sistema. Algunos gestores de lo público, la sanidad en
este caso es un buen ejemplo, consideran que pasamos en la inmensa mayoría de
los casos a convertirnos en un peso, pero sobre todo, en un gasto superfluo.
Sería buena que la administración y sus gestores hicieran caso de las
denuncias que se plantean en los Servicios de Atención al Paciente, o por el
contrario, que eliminen dichos servicios.
Además va siendo hora de que esos mismos gestores, dejen de limitarse a pagar en unos
casos las facturas de aquellos que reclaman la falta de atención. En otros
casos se ven obligados hacerlo, sobre manera cuando mediante sentencia judicial
son condenados a indemnizar al paciente en el mejor de los casos, en otros y
por desgracia, a los familiares de los mismos.
Hoy de nuevo aparece una carta en los medios. Para algunos puede ser una
denuncia más, pero para las personas afectadas, paciente y familia, es uno de
esos casos denigrantes, donde se demuestra por un lado la falta de sensibilidad,
mientras que por otro, queda de manifiesto la falta de profesionalidad de quien
en su momento atendió a la paciente.
Desde la gerencia del Hospital de Cabueñes deberían de abrir una
investigación si no lo hicieron ya, pare evitar entre otras cosas que no
vuelvan a repetirse este tipo de situaciones. Si bien sería deseable que de una
vez por todas, se tomen en consideración este tipo de denuncias, y se sancione
a los irresponsables que cometen tamaño tropelía.
Una vez más deseo dejar constancia que a los pacientes sería bueno que dejaran
de ser vistos desde la administración, como un número en una Historia Clínica. Pues
tras ese número asignado en el expediente, están seres humanos, hombres y
mujeres con nombres y apellidos, personas que merecen un respeto, pero sobre
todo, que no acuden a las urgencias de un hospital por puro capricho personal,
todo lo contrario, buscan un remedio a su dolencia, y para ello depositan su
confianza en los profesionales.
Por tanto, de no encontrar remedio a su dolencia, sería bueno que al menos
encontrasen el respeto que se merecen.
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La Nueva España- 8 de mayo de 2016
El horror de irse al Hospital
de Cabueñes por urgencias
Alfredo González
Mateos (Gijón)
Una persona muy allegada familiarmente a mí, una señora con 81 años en la
fecha del 10-02-2016, acudió al Hospital de Cabueñes por urgencias. Entre las
muchas patologías que presentaba estaba la gran dificultad que tenía para
respirar. Después de estar más de siete horas tumbada en una camilla, y
haciéndole algunas pruebas, viene una doctora y le dice que no presenta ninguna
anomalía y, a continuación, le manda marcharse para su casa. Pero la señora
sigue encontrándose muy mal en su casa y decide irse otra vez por urgencias a
Cabueñes, aconsejada por su médico de familia.
Una vez allí, y por segunda vez, esto era el 26-02-2016, ha ocurrido más o
menos lo mismo que la primera, quizás un poquito peor. De principio, ha sido
observada por una MIR. Por una vez, con un poquito más de suerte que la vez
anterior, esta doctora ha sido muy atenta y educada, y a la que la paciente le
dijo "yo no aguanto más" y a continuación ha llegado otro doctor.
Éste ha sido el malo de la película. Al verla, y sin más preámbulos, le manda
marcharse para casa, diciendo que no tenía nada.
La paciente en estos días (de reposo) había comenzado por su cuenta a hacer
consultas en la sanidad privada, que es donde se puede curar uno, y para ello
acude al Hospital de Begoña, en donde un buen profesional de cardiología le
detectó una embolia pulmonar. Entre este doctor y la de familia del Nuevo Gijón
han puesto en pie a los "profesionales" de urgencias de Cabueñes. En
la fecha del 29-02-2016 la paciente se va por tercera vez al Hospital. Se cree
que ha habido alguna llamada telefónica por el medio, que ya la estaban
esperando en urgencias para subirla a la habitación, en un estado grave, en
donde ha estado doce días, los primeros inmovilizada totalmente. Yo no sé qué
ocurre en este Hospital. En una ocasión a mí mismo una doctora de neurología
que hoy ya no está en dicho centro, acompañada de otro neurólogo y algunos más,
me diagnosticaron párkinson, por lo cual he arrastrado dicha enfermedad errónea
cerca de cinco años, medicándome y conviviendo con las personas que sí lo
tenían en el centro que hay en la ciudad, muy bueno y competente, hasta que un
buen día llegó a Cabueñes un doctor que venía de Avilés, el cual me dijo que lo
mío no era Párkinson.
Pero no todo en la vida va a ser malo, pues recientemente he tenido que
hacer rehabilitación por una dolencia que venía arrastrando. Lo he hecho en el
centro de salud Puerta la Villa, en donde hay una chica que es una gran
profesional, simpática y muy amable. Como ella se encuentran pocas de verdad.
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