Ahora
que en el Parlamento de Asturias se va poner en marcha la comisión de investigación
sobre la listas de espera, sería deseable que todo ello no quedase en un simple
paripé, y digo esto, es porque ya existen precedentes. Sin ir más lejos, están algunas
de las últimas comisiones de investigación, las cuales dieron lugar a situaciones esperpénticas, que los asturianos
nos vimos en la obligación de soportar estoicamente durante días. Por citar un
par de ellas, los llamados casos Marea o Villa. Donde los ciudadanos de a pie,
no dejamos de preguntarnos un día tras otro, hasta cuándo vamos a permitir que
se nos sega tomando el pelo de esta manera.
Digo
todo esto, porque hoy les adjunto un artículo, donde se hace especial hincapié,
en la necesidad imperiosa que existe en nuestro país, de instalar equipos para
poder así atender todos los tratamientos de radioterapia que desgraciadamente
la sociedad precisa. Pero no solo eso, es que además advierten de la necesidad
de contratar especialistas que llevan a cabo dichas terapias.
Por
tanto, y ahora dirigiéndome a los 45 diputados que ostentan la representación
del pueblo asturiano. Es hora de que se tomen las cosas en serio, que no dejen
pasar estas comparecencias en balde, y que hagan su trabajo de forma serie y
concienzuda de una vez por todas, ahora tienen ante sí, una buena oportunidad
de enmendar sus múltiples pecados.
Yo
por mi parte, no me voy a cansar de denunciar una y otra vez, la situación que se
está viviendo en Asturias. Sus Señorías van contar con 109 comparecientes de
todos los ámbitos. Representantes de la sociedad civil, pasando por los
responsables de las diferentes jefaturas médicas, hasta llegar a los gestores
que conforman la cúpula del sistema público de salud del Principado de
Asturias, más comúnmente conocido como SESPA.
Sería
bueno que tomen buena nota de lo que se dice en este artículo. Y como se dice
en el mismo que estamos escasos de equipos y de profesionales a nivel nacional,
no es de recibo que en Asturias, más concretamente en el HUCA, el hospital de
referencia por antonomasia, se encuentren bajo mínimos desde hace más de dos
años y medio. Todo ello es debido por una nefasta decisión tomada por los
gestores del HUCA, donde desde la más pura arbitrariedad, se mantienen alejados
de quirófano a dos profesionales con años de experiencia en el servicio de
Oncología Radioterapia, pero sobre todo, de contrastada valía.
Todo
ello está ocasionando que incluso en este servicio a día de hoy las listas de
espera vayan en aumento, cosa que no parece importarles a la dirección del
HUCA, a los gestores del SESPA, y a la clase política dirigente de nuestra
región, que conocen perfectamente la situación.
La
radioterapia en unos casos es curativa, mientras que en otros por desgracia
solo es un tratamiento paliativo. Pero esto a los gestores del HUCA poco parece
importarles, el retraso de unos días o unas semanas en aplicar un tratamiento,
puede significar el principio o el fin de la enfermedad.
Un tercio de quienes necesitan radioterapia no la
recibe
La sociedad médica de la especialidad calcula que faltan 77 unidades y
155 profesionales
La situación de la radioterapia no
mejora. Entre el 20% y el 30% de los pacientes que necesitan este tratamiento
no lo está recibiendo, según los cálculos de la Sociedad Española de Oncología
Radioterápica (SEOR) con motivo del Día Mundial del Cáncer que se conmemora
este miércoles. Las causas son varias. La primera, indica Pedro Lara,
presidente de la sociedad, es que en España hay 5,3 equipos por millón de habitantes, cuando el mínimo recomendado es
8. Ello quiere decir que para llegar a cubrir toda la demanda harían
falta 77 unidades más. Y esos dispositivos deben ir acompañados de personal:
155 profesionales. La situación está enquistada. En 2013, un informe de la
misma sociedad fijaba en 5,4 la tasa de equipos por millón de habitantes.
En números
absolutos, se calcula que actualmente hay 248 equipos de radioterapia. En 2013 eran 236. El
aumento, sin embargo, no ha reducido la tasa de los aparatos que tienen más de
10 años y que, por tanto, los especialistas consideran obsoletos. Este año son
87 (el 35%); hace dos eran 77 (el 33%) entre viejas y anticuadas. Esto
"supone una importante limitación a la adecuada asistencia oncológica.
Esta situación va in crescendo y, en el 2020,
España se encontrará entre los países europeos con mayores necesidades en este
sentido, debido al envejecimiento poblacional, lo que a su vez conlleva un
aumento en la incidencia del cáncer", advierte la SEOR.
La falta de equipos o de aparatos
modernos tiene varias consecuencias para
los pacientes, advierten los facultativos. La primera, que se pueden
retrasar tratamientos o intentar dar otras alternativas menos eficaces para
evitar las listas de espera que se forman. La segunda, que reciben sesiones más
agresivas y menos precisas que las que se les podrían dar si se usaran equipos
más modernos, que normalmente son más exactos y tienen menos efectos adversos.
Los médicos admiten que comprar
nuevos equipos puede suponer un importante coste inicial, pero afirman que,
dado que una vez comprado tiene una vida de 10 años, el coste medio por
paciente del equipamiento completo (la máquina y el sitio protegido donde
mantenerla) es de solo 1.000 euros por paciente. Ante esta situación, los
especialistas reclaman que se llegue cuanto antes a una tasa de 7 aceleradores
por millón de habitantes, y obligar a su retirada cuando cumplan 10 años.
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