"Gracias Señor, muchísimas gracias a usted"

 

Gracias Señor, muchísimas gracias a usted. 

A la vista de esta escueta carta aparecida en LNE, quiero sumarme a ella, y mostrar públicamente mi reconocimiento a otro de los grandes profesionales del HUCA, el Doctor Emilio Esteban González Jefe de Oncología Médica. Seguramente que alguien puede ver en mis palabras, las de un oportunista, pero ya no me asustan las descalificaciones, otros quizás piensen que ahora le va tocar al doctor D. Emilio Esteban, para los que piensen así, decirles que muy poco me conocen, quiero decirles que en mi casa no enseñaron desde pequeños, que es de bien nacidos ser agradecido.

Recuerdo aquel 21 de octubre de 2013 cuando nos presentaron en el Edificio A en el HUCA del Cristo, gracias a la oportuna gestión realizada por un amigo,… bueno lo sabemos nosotros y el dato ahora es baladí. Me acompañaba una amiga, que a su vez tiene amistad con el doctor Esteban, además de un familiar enfermo. Tras las oportunas presentaciones en pleno pasillo, nos pidió disculpas, deberíamos de esperar todavía unos minutos, ya que le teníamos que dejarle comer un pincho, pues no había podido hacerlo en toda la mañana, pasaba de las 15,30 horas.

Tras aquella primera consulta vinieron otras más, pues el Genoxal funciono casi durante un año, hoy recuerdo aquel abrazo de nuevo en el pasillo aquel día que llego apoyado en su bastón caminando después de varios meses sin poderlo hacerlo, son imágenes que como otras muchas quedan para el recuerdo, un recuerdo lleno de agradecimiento por parte de mi familia, ya que nos permitió disfrutar de su presencia un año más.

El pasado día 19 de diciembre tuve la oportunidad de estrechar su mano por última vez, hice lo que tantas veces vi hacer a mi padre, cosa que el también hubiera hecho llegado el momento, ir a la consulta del doctor Esteban, y darle las gracias.

Lo ocurrido esa mañana en el HUCA queda para nosotros, pero la humanidad de la cual había oído hablar en otras ocasiones, y de la que había podido ver alguna muestra en su consulta, aquel día la dejo salir a raudales, el médico se despojo de su bata, y apareció ante mi el hombre, el ser humano, el gladiador que se daba cuenta que la terrible enfermada a la que se enfrenta un día tras otro, le había robado otro paciente.

Si alguien busca un espejo donde mirarse, seguramente que en oncología médica  lo puede encontrar, que pregunte por D. Emilio Esteban González, que se siente a su lado y observe como se debe de tratar a un paciente, este es otro ejemplo de profesionalidad, es otro de los grandes profesionales que tiene  nuestra sanidad.

Hoy me toca a mi doctor Esteban darle las gracias públicamente una y mil veces, pero además mostrarle mi afecto y respeto, los cuales se gano con su profesionalidad y saber hacer. 

Hoy me apropio de sus palabras, aquellas que me dedico al salir de la consulta, cuano cruzarnos la mirada por última vez, entonces usted me dijo, “gracias señor, muchísimas gracias a usted”, permítame doctor que yo se las devuelva hoy de nuevo, junto con el eterno agradecimiento de mi familia.

“Un médico debe curar; cuando no puede curar, aliviar, y cuando no puede ni curar ni aliviar, consolar”

 

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LNE.-15 de febrero del 2015

 

Gran médico, enorme persona

 Alberto Prieto Quirós (Noreña)

A lo largo de la vida encontramos en el camino personas que nos dejan huella; y cuando este encuentro se produce en situaciones tan duras como la enfermedad de familiares muy cercanos, esta huella se acentúa y se hace más profunda aún. Por segunda vez se cruzó en nuestro camino el doctor Emilio Esteban (jefe del servicio de oncología del HUCA). En esta ocasión el encuentro fue muy breve, tan sólo una conversación, pero en la que una vez más nos dio muestras de su enorme valía personal –la profesional está fuera de toda duda– y a disposición de quien quiera conocerla. Como una vez leí, un médico debe curar; cuando no puede curar, aliviar, y cuando no puede ni curar ni aliviar, consolar. Una vez más, muchísimas gracias, doctor Esteban.