Las malas pulgas de Faustino Blanco, habitan en el
nuevo HUCA
Un médico del centro sanitario, de baja por picaduras de pulgas de origen desconocido.
Oviedo, P.A.
Salió de su trabajo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), emprendió un viaje fuera de la región y, recorridos algunos cientos de kilómetros, se vio aquejado de una especie e proceso alérgico relacionado con una serie de picaduras que presentaba. No tuvo más remedio que acudir al servicio de urgencias de un hospital. En el momento actual, permanece de baja a causa de este incidente.
La peripecia descrita en el párrafo anterior fue vivida días atrás por un médico del complejo sanitario de La Cadellada. No existen pruebas concluyentes sobre el origen del contratiempo, y el afectado ha declinado efectuar aclaración alguna. Sin embargo, entre algunos de sus colegas toma cuerpo la hipótesis de que las causantes de la virulenta reacción que le llevo al hospital son las pulgas que, según estos trabajadores, habitan en las taquillas que usa el personal del nuevo HUCA para dejar sus ropas y pertenencias.
El mes pasado, este periódico publico quejas de algunos trabajadores relativas a la existencia de estos indeseables inquilinos. Según las citadas fuentes, en algunos de los vestuarios están instaladas taquillas viejas. Algunas las reconocen como las que ya tenían en el edificio del Cristo, pero desconocen la procedencia de otras, de las que aseguraban que presentan pegotes de cemento, por lo que deducían que habían estado instaladas en alguna obra. Las autoras de la queja subrayaban, ya por entonces, que algunos compañeros habían sufrido picaduras y requerido tratamiento. “Solo pedimos unas taquillas nuevas, higienizadas y que no estén oxidadas”, apostillaban.
Salió de su trabajo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), emprendió un viaje fuera de la región y, recorridos algunos cientos de kilómetros, se vio aquejado de una especie e proceso alérgico relacionado con una serie de picaduras que presentaba. No tuvo más remedio que acudir al servicio de urgencias de un hospital. En el momento actual, permanece de baja a causa de este incidente.
La peripecia descrita en el párrafo anterior fue vivida días atrás por un médico del complejo sanitario de La Cadellada. No existen pruebas concluyentes sobre el origen del contratiempo, y el afectado ha declinado efectuar aclaración alguna. Sin embargo, entre algunos de sus colegas toma cuerpo la hipótesis de que las causantes de la virulenta reacción que le llevo al hospital son las pulgas que, según estos trabajadores, habitan en las taquillas que usa el personal del nuevo HUCA para dejar sus ropas y pertenencias.
El mes pasado, este periódico publico quejas de algunos trabajadores relativas a la existencia de estos indeseables inquilinos. Según las citadas fuentes, en algunos de los vestuarios están instaladas taquillas viejas. Algunas las reconocen como las que ya tenían en el edificio del Cristo, pero desconocen la procedencia de otras, de las que aseguraban que presentan pegotes de cemento, por lo que deducían que habían estado instaladas en alguna obra. Las autoras de la queja subrayaban, ya por entonces, que algunos compañeros habían sufrido picaduras y requerido tratamiento. “Solo pedimos unas taquillas nuevas, higienizadas y que no estén oxidadas”, apostillaban.
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