sábado, 6 de septiembre de 2014

A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, suma y sigue



A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, 

suma y sigue


No recuerdo ahora si todos las inauguraciones “Tinitenses” fueron acompañadas de las pertinentes bendiciones, lo que si creo recordar que ágapes hubo en todas, y los pinchos de tortilla no faltaron en ninguna. 

Los ciudadanos después de casi tres meses deberíamos de empezar a preguntarnos ¿funciona algo en el nuevo HUCA?.

Lo que esta claro, es que estas últimas inauguraciones sin la presencia del Señor Arzobispo de Oviedo, o en su defecto el subalterno de menor rango que pronunciara las palabras, “yo te bendigo, In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti”, esta haciendo creer a más de uno, que una maldición rodea a este nuevo HUCA. 

Aunque a los que de verdad trae de cabeza, son a los miembros y “miembras” del des-gobierno de Asturias, los cuales con Javier Fernández al timón, continúan sin rumbo fijo, a merced de los acontecimientos, sin capacidad para reaccionar, más pendientes de las investigaciones abiertas por presunta corrupción, que de las necesidades diarias de los asturianos, eso si, haciendo siempre caso omiso de las advertencias de los que de esto saben.

algo más supersticiosos, alejados de las teorías de la iglesia, comenta en petit comité que son los espíritus de los antiguos moradores de La Cadellada los que impiden el normal desenvolvimiento de la actividad. Sea por un motivo u otro, lo cierto es que a estas instalaciones desde sus inicios las vio un tuerto, y ya se sabe que lo que mal empieza, mal acaba, pero en este caso va proporcionar algún disgusto difícil de justificar y de consecuencias irreparables, claro que eso no es una preocupación para el des-gobierno de los Fernández y Fernández, a ellos nada de todo esto les importa, y al hooligan que pusieron al frente del cotarro mucho menos.



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EL COMERCIO.- 6/9/2014

Un fallo en los parkings del HUCA provoca atascos kilométricos

Cola de vehículos, a las 7.41 horas de ayer, ante el aparcamiento de Consultas Externas del HUCA. 

«Tardamos casi una hora en entrar al hospital», se quejan los trabajadores. La Policía tuvo que intervenir y obligar a la empresa a levantar las barreras

LAURA FONSECA | GIJÓN.
Esta vez no fue el Millennium, ni las fugas de agua o la rotura de tuberías que inundaron habitaciones. Tampoco la caída de la cobertura móvil ni la aparición de pulgas en las taquillas o de termitas en el suelo de docencia. En esta ocasión los problemas en el nuevo HUCA, y gordos, estuvieron en los aparcamientos. Un fallo registrado en el sistema de lectura de las tarjetas distribuidas entre el personal del hospital provocó atascos kilométricos. Tanto, que fue necesaria la intervención de la Policía Local para poner paz en el entorno y devolver la circulación a la normalidad.
Las retenciones afectaron tanto a quienes entraban por la zona de Urgencias y accedían por la autopista desde Gijón, como a los que lo hacían desde La Corredoria. «La cola de vehículos era kilométrica. Tardamos casi una hora en llegar y entrar al hospital», aseguraba un médico que lamentaba el reguero de fallos, deficiencias «y sorpresas que vivimos a diario» en La Cadellada. Los problemas se registraron a primera hora, sobre las 7.30, cuando comienzan a llegar los trabajadores del primer turno. «De la noche a la mañana la empresa que gestiona el hospital decidió que se empezaran a usar las tarjetas» que reservan una plaza de parking por trabajador (hasta ayer solían apuntar la matrícula y les daban paso). El sistema «empezó a dar fallos, ya que decía que el parking estaba ocupado y te cobraba», explica Francisco Menéndez, del sindicato Sicepa y trabajador del hospital.

«Me paran por la calle para decirme que es un magnífico hospital»

El atasco que se formó fue de enorme magnitud. Llegó a colapsar la glorieta de Urgencias y también la de La Monxina (varios kilómetros). Las redes sociales eran a las 7.50 horas un hervidero con fotos, quejas y denuncias de lo que estaba pasando. La Policía Local obligó a la empresa a levantar las barreras y dejar la entrada libre al personal. La normalidad no volvió hasta casi las 9 de la mañana. Los sindicatos se quejan de que «Gispasa actúa como dueño y señor del HUCA, pero ayer no se dignó a dar la cara», denunció Francisco Menéndez.

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