Siempre
podremos encontrar en este mundo alguien que no cubra sus vergüenzas con un
puñado de euros, alguien que no se deje amedrentar por el que dirán sus
colegas, alguien que anteponga su ética y sus principios a las presiones vengan
estas de donde vengan, debo de reconocer, que yo tuve la suerte de encontrado
en mi caminar por la dura senda de la enfermedad con personas integras, las
cuales tienen mi respeto como profesionales, pero además tienen algo que el
dinero no puede comprar, mi afecto y aprecio como personas, pues a lo largo de
estos años siempre me dijeron la verdad, siempre me dieron esa palmada de ánimo,
y no permitieron en ningún momento que su juramento hipocrático fuese pisoteado.
Cada día desde
hace meses, rastreo diariamente la información que puede aparecer en los medios
sobre el cáncer, estudios, artículos de opinión y dentro de mis capacidades les
doy difusión por medio de facebook o en el blog, “Desde Vegadeo, mi punto de
vista”. Cuando hacen referencia al cáncer de próstata, les prestó mucha más
atención por razones obvias, pues como saben lucho para que se desbloqueen ciertos
medicamentos, que ya lejos de poder ser aprovechados por un familiar cercano, deseo
se dispensen a docenas de asturianos que lo necesitan, los cuales en su mayoría
no lo saben, y desconocen estar dentro de la llamada 3º fase, en la que pueden
ser candidatos, todo ello por el afán economicista de el Consejero de Sanidad.
Lo que no me
esperaba es encontrar dentro de Asturias una autoridad en la materia Oncológica
que pusiera los puntos sobre las íes, pues me consta que las “autoridades”
sanitarias, los Faustino Blanco, Celia Gómez y Director del Area IV, Director
del HUCA entre otros, están ejerciendo
un acoso intolerable hacia los profesionales que no se doblegan a sus
exigencias economicistas.
Quien
suscribe el siguiente artículo de opinión aparecido hoy en La Nueva España es:
El Doctor D. Ángel Jiménez Lacave, el que fuera jefe del servicio de
oncología médica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), hasta
su jubilación el 7 de mayo 2011, el
mismo día en que cumplirá 65 años.
Preside la Fundación para el Desarrollo de la Oncología (Fundeso). Una
entidad, esta última, que él mismo fundó y que en los últimos años ha
desplegado una intensa actividad científica, social y divulgativa.
Nacido en La Rioja, en 1946, Lacave se especializó inicialmente en medicina
interna, pero luego optó por formarse en oncología. Asumió la jefatura del HUCA
en 1981. Es profesor asociado de oncología médica en la Universidad de Oviedo y
miembro, entre otras instituciones nacionales e internacionales, de la
Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC)
y de la Real Academia de Medicina del Principado.
La Nueva España.-12/1/2014
El precio de los medicamentos contra el cáncer
Ante las noticias
sobre la denegación de tratamientos con abiraterona a enfermos con tumor de
próstata
Doctor Don Ángel Jiménez Lacave Director del servicio de oncología médica del Sanatorio Nuestra Señora de Covadonga
Durante estos últimos meses han aparecido varios escritos en LA NUEVA
ESPAÑA informando que se han denegado tratamientos a enfermos con cáncer de
próstata. Se trata de la abiraterona, fármaco que, aunque está aprobado por el
Ministerio de Sanidad para esta indicación, no se dispensa en las farmacias de
los hospitales públicos de Asturias. La noticia es importante porque es la
primera vez que ocurre una negativa con un fármaco aprobado para el tratamiento
del cáncer. Cuando aparece una noticia de un conflicto en los medios de
comunicación con gran repercusión social, como es éste, conviene conocer las
razones de las partes que han entrado en conflicto. Este artículo intenta
exponer los datos desde el punto de vista de un oncólogo conocedor, en parte,
del problema.
El primer tratamiento contra el cáncer de próstata avanzado apareció en los años 40. Este primer tratamiento consistía en una eliminación de la función testicular reduciendo así el nivel de andrógenos en el organismo. La maniobra que al final se consideró más estándar fue la castración quirúrgica. Con el tiempo se descubrieron los agonistas de la LH-RH, que consiguen los mismos efectos que la castración, pero con la ventaja de que se evita la cirugía. Por eso a este tratamiento se le denomina, en términos más coloquiales, castración química. El tratamiento consigue buenos resultados, pero no es curativo. Con la aparición de otros fármacos antiandrogénicos se consigue alargar la duración de las respuestas, pero a pesar de ello, con el tiempo, el tumor se hace resistente a dicho tratamiento. A esta actuación médica se la denomina primera línea de tratamiento.
El primer tratamiento contra el cáncer de próstata avanzado apareció en los años 40. Este primer tratamiento consistía en una eliminación de la función testicular reduciendo así el nivel de andrógenos en el organismo. La maniobra que al final se consideró más estándar fue la castración quirúrgica. Con el tiempo se descubrieron los agonistas de la LH-RH, que consiguen los mismos efectos que la castración, pero con la ventaja de que se evita la cirugía. Por eso a este tratamiento se le denomina, en términos más coloquiales, castración química. El tratamiento consigue buenos resultados, pero no es curativo. Con la aparición de otros fármacos antiandrogénicos se consigue alargar la duración de las respuestas, pero a pesar de ello, con el tiempo, el tumor se hace resistente a dicho tratamiento. A esta actuación médica se la denomina primera línea de tratamiento.
¿Qué se puede hacer cuando el tumor se hace resistente a la primera línea?
Desde la puesta en marcha del Servicio de Oncología Médica en el Hospital
General de Asturias (HGA), fueron muchos los intentos de tratar con
quimioterapia a los enfermos en los que el tumor se hacía resistente a la
primera línea de tratamiento. Alguno de los fármacos que fueron apareciendo
resultaron muy útiles para el tratamiento de otros tumores, pero fueron escasos
los que mostraron eficacia significativa en el cáncer de próstata resistente a
la primera línea comentada.
Hace unos 10 años, se comprobó que un nuevo fármaco, denominado taxotere,
era activo en este tumor. Aunque con los efectos secundarios propios de los
taxanos, la aparición de este fármaco supuso un paso adelante en el tratamiento
de este tumor. El medicamento fue aprobado por el Ministerio de Sanidad y no
hubo problemas para dispensarlo en la farmacia del Hospital Universitario
Central de Asturias (HUCA). Este tratamiento constituye hasta la actualidad la
segunda línea estándar en el tratamiento de este tumor.
¿Qué se puede hacer cuando han fallado la primera línea y la segunda línea?
Existen varios fármacos, aparte de los señalados previamente, tanto en la
familia de las antihormonas, como en la de la quimioterapia, que han demostrado
alguna actividad antitumoral en el cáncer de próstata avanzado, pero no han
llegado a ser aceptados como tratamiento estándar en tercera línea. Es en esta
situación cuando después de muchos meses de espera, por fin, en noviembre de
2011 el Ministerio de Sanidad aprobó utilizar la abiraterona tras el fallo al
tratamiento con taxotere.
Para poder entender lo que puede aportar la abiraterona en el tratamiento de enfermos con cáncer de próstata hay que recordar el sufrimiento de muchos ya fallecidos que con tanta ilusión esperaban en los últimos meses de su vida la aparición de un nuevo fármaco eficaz en el tratamiento de su tumor. Pero los no fallecidos, que son los que se encuentran en esta situación, son en los que se plantea y está indicado el tratamiento con abiraterona.
Para poder entender lo que puede aportar la abiraterona en el tratamiento de enfermos con cáncer de próstata hay que recordar el sufrimiento de muchos ya fallecidos que con tanta ilusión esperaban en los últimos meses de su vida la aparición de un nuevo fármaco eficaz en el tratamiento de su tumor. Pero los no fallecidos, que son los que se encuentran en esta situación, son en los que se plantea y está indicado el tratamiento con abiraterona.
¿Qué es el acetato de abiraterona? De forma resumida podríamos decir que la
abiraterona es un inhibidor de la síntesis de andrógenos. Se administra por vía
oral y, aunque precisa una vigilancia, se tolera muy bien y aumenta la
supervivencia de los enfermos. Por eso, las llamadas agencias reguladoras
-tanto la FDA (Food and drug administration) en USA, como la EMA (agencia
europea del medicamento) en la Unión Europea (UE)- aprobaron por vía de
urgencia este medicamento. Y en consecuencia el Ministerio de Sanidad en España
aprobó la abiraterona para el tratamiento de los enfermos con cáncer de
próstata que han fallado a la primera y la segunda línea de tratamiento.
¿Si el acetato de abiraterona está aprobado, por qué no se permite su uso
en las farmacias de los hospitales públicos de Asturias? Analizando las
noticias de LA NUEVA ESPAÑA nos hemos podido enterar de que ha sido una
comisión del HUCA, al menos, la que inicialmente decidió no dispensarlo y luego
se ha extendido al resto de las farmacias de los hospitales públicos de
Asturias. Preocupados, los oncólogos españoles, por las restricciones que se
estaban observando en España en el tratamiento del cáncer, la Sociedad Española
de Oncología Médica hizo una encuesta para saber qué estaba ocurriendo en las
diferentes autonomías. La encuesta pone de manifiesto que de los 88 hospitales
encuestados, en 22 de ellos se deniega el tratamiento con alguno de los
fármacos aprobados para el cáncer. Es llamativo, en esta encuesta, que las
autonomías donde más restricción hay es en Cataluña y Andalucía. Asturias es la
única comunidad autónoma donde los pacientes con cáncer de próstata no tienen
acceso a la abiraterona. Sin embargo, es una de las autonomías que mayor gasto
sanitario tiene por habitante y año, ya que casi el 50 por ciento del
presupuesto del Principado se dedica a la sanidad.
Hace unos 10-15 años, España (Asturias ocupaba uno de los primeros puestos
dentro de España) era uno de los países de la UE que encabezaba la lista en lo
que se refiere a la rapidez en aprobar y administrar un nuevo fármaco
antitumoral a un enfermo con cáncer. Nos llamaba la atención, en aquellos años,
que en Inglaterra hubiese restricción de fármacos antitumorales. Este país creó
una guía de actuación que tenía en cuenta la relación coste/eficacia antes de
autorizar la financiación de un nuevo fármaco. Este sistema cuantificaba el
precio que podría pagarse por año de vida ganado con un nuevo medicamento; de
tal manera que si el precio del fármaco sobrepasaba el nivel establecido por la
guía NICE británica no se financiaba.
Aplicando esos criterios a España, los expertos en gestión sanitaria han
llegado a la conclusión de que la cantidad máxima que podría financiar el
Estado por un nuevo fármaco por un año de vida ganado son 30.000 euros; dicho
de otro modo, la financiación máxima tolerable por un año de tratamiento, teniendo en cuenta
coste/beneficio, serían 30.000 euros. En mi experiencia, los pacientes que he
tratado suelen estar con la enfermedad controlada más de un año. La abiraterona
les cuesta 3.000 euros al mes; lo que supone 36.000 euros al año, cifra
superior al límite establecido siguiendo este criterio. Pero resulta que ahora
la guía NICE británica establece el límite en 50.000 libras y, en consecuencia,
está financiando la abiraterona.
En conclusión, lo que está pasando es que la crisis está marcando el signo
de los tiempos. De una medicina
hipocrática fuimos pasando lentamente y con cierta presunción a la medicina
basada en la evidencia empírica (que es en la que se basan las agencias reguladoras);
pero en el momento actual es posible que hayamos pasado a una medicina basada
en el presupuesto (de alguna manera al "clinical management", en
términos anglosajones, o a la gestión clínica: eufemismo engañoso). Pero la
realidad es que todos estamos implicados en la problemática del
coste/eficiencia, tanto el médico, como los políticos y cada uno de nosotros en
su trabajo. Cada acto humano tiene un componente ético. El signo de los tiempos
en los que estamos incrementará el esfuerzo de los filósofos, de los comités de
ética y de bioética, ya que en el momento actual, como hemos visto, los
principios más vulnerables son el de la equidad y el de la justicia.
Los expertos dicen que en época de crisis es importante esforzarse en la
investigación. Pero para que la investigación del tratamiento del cáncer siga
adelante en Asturias, no solamente es necesario el esfuerzo de los oncólogos,
que lo es, y mucho, sino la continuidad de la Unidad de Investigación Clínica
Oncológica que forma parte del Instituto Universitario de Oncología del
Principado de Asturias-Cajastur. Por no alargar el artículo, hoy sólo quiero
poner de manifiesto que la investigación clínica desarrollada en esta unidad ha
sido posible gracias a la Fundación para el Desarrollo de la Oncología
(FUNDESO), que es la institución que paga los salarios a las coordinadoras de
los ensayos clínicos: sin ella y sin las publicaciones que se realizan no
podría subsistir la unidad mencionada. Pero ello ha sido posible, en gran
parte, gracias a la aportación anual y mantenida de muchas personas
desinteresadas, de muchos enfermos y familiares que, reconociendo la atención
recibida durante años en el Servicio de Oncología Médica, han materializado su
agradecimiento con una pequeña aportación; y, sobre todo, a la Fundación Caja
Rural por la financiación, en parte, de esta investigación.
https://plus.google.com/105097652228995282830/posts/a33ZPvcECXa
ResponderEliminarLa conferencia de ayer, en Ateneo Jovellanos de Gijón resultó muy clarificadora e interesante. Gracias..
ResponderEliminarhttps://carlosrocesfelgueroso.com