Sistemáticamente, las prometidas revisiones son anuladas y los pacientes citados para el año siguiente; siendo tal la desfachatez de las autoridades sanitarias que se les llega a citar hasta en la misma fecha del mes, pero un año más tarde.
En otros casos, se remite al paciente tras haber asistido a una consulta con el especialista, a que este se dirija al mostrador donde le darán cita para la siguiente revisión. Pero es aquí donde salta de nuevo la sorpresa, ya que el administrativo de turno se limita a tomar nota del nombre del paciente, al tiempo que le advierte que: ...la GENDA TODAVIA NO ESTA ABIERTA”, y que será citado por teléfono cuando el especialista ordene esta apertura. ¿le suena esto de algo?...
Las quejas de los pacientes se cuentan por centenares, en algunos casos, la OKUPA gerente de JARRIO en su momento (Bárbara González de Cangas) se permitió la chulería de no responder en tiempo y forma las reclamaciones de los pacientes, cosa a la que esta OBLIGAD por LEY. Ya veremos que puede ocurrir cuando este tipo de NEGLIGENCIAS ocasionen que cierto tipo de patologías reviban el diagnóstico tarde.
En estos momentos hay decenas de pacientes en riesgo de perder ese derecho de oportunidad que todo ser humano tiene. Mientras esto ocurre, desde la gerencia de Jarrio y del Sespa se limitan a maquillar las listas de espera y tiempos de las mismas. Por su parte la consejera Saavedra permanece impasible mientras se limita a lazar desmentidos, que unidos a sus publirreportajes en diferentes medios de comunicación y redes sociales, nos se cansa en vende las excelencias de su gestión y las muchas inversiones que hace a lo largo y ancho de nuestra CCAA, con las que se pretender ofrecer mejores servicios a los usuarios, pero visto lo visto, la realidad se vuelve una y otra vez tozuda, demostrandose que todo es una venta continuada de humo, que incluso algunos entregados a la cauas le compran.
Sirva como ejemplo de la buena gestión de Saavedra y Aquilino, ese millar de pacientes que aguardan su primera consulta en el servicio de oftalmología, donde aseguran que las esperas sobrepasan cinco meses, (pocos me parecen) mientras las gerencias se limitan a maquillar dichas listas, haciendo que entren y salgan pacientes, tras poner en práctica las perceptivas anulaciones vía telefónica. Pero la realidad es que pasan los meses, incluso años, y las revisiones nunca llegan.
Corre el tiempo, ese que tanto pide que se le conceda la Consejera de Salud para resolver los problemas, y tanto ella como maxima responsables, como su número dos ell gerente del Sespa, incluso la propia Gerencia de Jarrio continúan tapando la gravísima situación que se vive en el Area Sanitaria I – Hospital de Jarrio en todo su conjunto, y de forma especial, todas aquellas que a día de hoy no cuentan con personal en sus despachos. No obstante se anuncian una y otra vez contrataciones por doquier, inversiones millonarias de todo tipo, todo ello sin el menor rubor, pero la realidad es tozuda y nos termina por demostrar todo lo contrario.
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