Poco a poco va saliendo a la luz el verdadero coste que
supone mantener en España los denominados “Reinos de Taifas”, comúnmente
conocidas como Comunidades Autónomas. A la vista de los resultados obtenidos en
los últimos años, cada día está más claro que el gasto sanitario en España está
desbocado, es insostenible y lo que es mucho más grave, está siendo mal gestionado por los
diferentes gobiernos de las CCAA.
Ahora son las sociedades médicas las que piden al
Gobierno de España que les deje evaluar los nuevos fármacos, y que estas
evaluaciones estén supervisadas por expertos. Pero al mismo tiempo denuncian
que dichas comisiones de estudio, tal como están conformadas en las CCAA, no son las más
idóneas. Advierten que están formadas no por expertos en el tema a tratar, más
bien las constituyen expertos en gestión sanitaria, que no dejan de ser en la
mayoría de los casos, profesionales al servicio de los intereses del
consejero de turno, y por extensión de las políticas que marca el gobierno de
la CCAA que los nombro.
Con demasiada frecuencia para constituir estas
comisiones no se tienen en cuenta los principios constitucionales que deben de
regir en la función pública. Al menos aquellos que nos hablan de igualdad, mérito y capacidad, a los que se deja de lado, para sustituirlos por
otros como el servilismo, la falta de escrúpulos y la carencia de ética. Llegados
a este punto, hay que hacer mención a uno de esos “chiringuitos”, más concretamente
el creado en su día en Asturias, bautizado como la CURMP.
“La Comisión del Uso Racional de
los Medicamentos y Productos Sanitarios (CURMP) que se crea en
la Disposición adicional primera del Decreto 163/2012, de 11 de julio,
por el que se establece la estructura orgánica del Servicio de Salud del Principado
de Asturias”.
La finalidad de la CURMP es la de
impulsar las medidas tendentes a una mejor utilización y prescripción
de medicamentos y productos sanitarios con el objetivo de promover una
prestación farmacéutica con criterios de eficacia, efectividad,
seguridad, eficiencia y coordinada en los distintos ámbitos de la
atención sanitaria del Servicio de Salud del Principado de Asturias. Pretende
mayores niveles de transparencia en la toma de decisiones,
garantizar la equidad en el acceso de los pacientes a los
tratamientos y contribuir a la sostenibilidad del Sistema
Sanitario Público del Principado de Asturias.
La
CURMP fue concebida en su día para intentar acallar algunas denuncias de ciertos
tratamientos oncológicos aparecidas en medios de comunicación, y dar a través de
ella visos de legalidad a ciertas barbaridades que se estaban cometiendo por órdenes
del entonces consejero de sanidad con algunos de aquellos tratamientos.
Años
después, la denominada por como tortura, equiparable a la “gota china”
por su persistencia, continúa haciendo su trabajo, pues las denuncias de todos estos
años se ven ahora refrendadas con este tipo de informes. Pero no hay que olvidar que fueron los
pacientes los que pagaron en su día las consecuencias de tanta arbitrariedad, que unida a la nefasta gestión política de recursos, con decisiones basadas en temas economicistas, se llevo por delante muchas vidas humanas. Algunos incluso se permitieron calificar la situación, como daños colaterales, y culparon de todo ello a la crisis.
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Las sociedades médicas piden al Gobierno que les deje evaluar los nuevos
fármacos
Los facultativos denuncian que “los designados por las
comunidades autónomas son con frecuencia expertos en gestión, pero no
necesariamente en la patología”.
Los médicos
asociados en 31 organizaciones profesionales españolas denuncian que no están
participando en la evaluación de nuevos fármacos, según el informe “La
adecuación de las evaluaciones a la clínica”, en el que participan sociedades
como la de Cardiología (SEC), Farmacología Clínica (SEFC), Neurología (SEN) y
Oncología (SEOM). La valoración de nuevos medicamentos es realizada por la
Agencia Española de Medicamentos o por las Consejerías de Sanidad, pero “en el
82% de los casos la información acerca de las evaluaciones que hay en marcha ni
siquiera llega a tiempo a los expertos de las sociedades científicas”, mantiene
el documento financiado por la farmacéutica Roche.
Los doctores
denuncian que “los designados por las comunidades autónomas son con frecuencia
expertos en gestión, pero no necesariamente en la patología que el medicamento
va a tratar”, algo que puede marcar diferencias en las evaluaciones.
Solo el 34% de
las sociedades ha participado en alguna de las fases que comportan la
elaboración de los “informes de posicionamiento terapéutico”, donde se decide
qué medicamento sirve para qué tipo de paciente, mientras los expertos sólo son
aprobados por la Administración en un 41% de las veces que se les pide
asesoramiento.
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