jueves, 27 de junio de 2019

El "caso de las gasas", no se va silenciar tan facilmente


La historia que voy a contar ha ocurrido en el Hospital Central de Asturias (HUCA), pero podría haber ocurrido en cualquier otro, le podría haber tocado vivirla a cualquier compañera. A algunos/as os parecerá de serie de Netflix , a otros no os sorprenderá demasiado.
➡️El 11 de Diciembre del 2017 un paciente de 44 años es intervenido quirúrgicamente por una dilatación aórtica y cambio de válvula aórtica. Aunque parece que en la hospitalización tras la cirugía cardíaca presenta una infección, se le pauta tratamiento y se va de alta. Sufre dos episodios de síncopes vasovagales fuertes, precisando uno de ellos reanimación avanzada.
➡️El 2 de Enero de 2018 el mismo paciente es reintervenido por otro equipo de cirugía cardíaca al presentar derrame pericárdico severo. Fallece durante la cirugía por una rotura de pseudoaneurisma de aorta (no diagnosticado en el TAC previo) que se produce durante la intervención. No se pudo hacer nada ante la hemorragia masiva.
➡️Este drama pasa a un siguiente nivel, cuando el equipo de la 2º cirugía se ha percatado de que en el mediastino de ese hombre se habían quedado dos compresas olvidadas de la primera intervención, algo que cuadra tanto con la infección fúngica que presentaba, como con los desgarros sufridos, como con que en el recuento final de compresas salieran dos de más.
Se abre una investigación interna y la familia se entera de la misma, decidiendo denunciar por la vía penal…
El cirujano, el anestesista y tres enfermeras que participaron en la 2º cirugía son citados a declarar como testigos. Todos han recibido previamente coacciones y amenazas de despachos del HUCA para que no cuenten una versión, la que ellos percibieron, que contrasta con la versión oficial que, como no podría ser de otra forma, exime al centro de responsabilidad y niega la negligencia de las compresas.
Además de la ética y de la responsabilidad con nuestros pacientes como premisas para decir la verdad, cabe decir que en un proceso judicial uno tiene la obligación de aportarla como testigo. En sede judicial contaron lo que percibieron.
En varias pruebas periciales se vieron indicios de la existencia de esas compresas y remarcaron que una infección, como la de este caso, puede hacer que las fibras radiopacas no se vean en las pruebas radiológicas.
➡️Pues bien, las dos enfermeras han sido apartadas del servicio como represalia, han puteado al anestesista hasta que ha abandonado el hospital y han “degradado” a cirugías menores al cirujano. Además han expedientado a 5 enfermeras que apoyaron a sus compañeras. ¿Qué hace que este suceso sea demasiado sospechoso? Varios detalles sin importancia: -El cirujano de la primera cirugía donde se produjo presuntamente el caso de las compresas es un peso pesado del HUCA, un jefe de servicio.
-El hospital destruyó las famosas compresas entregadas por el 2º equipo en vez de conservarlas como pruebas cruciales. Así se denunció durante el juicio.
-Varios catedráticos de radiología y anatomía, ajenos al centro, y que actuaron como peritos en el juicio, encontraron formas compatibles con las gasas en las pruebas radiológicas que se han aportado, aún subrayando que la infección las podía enmascarar perfectamente y que vale más por tanto lo que vio el equipo de la 2º intervención.
-Otro catedrático de microbiología ha apuntada a que tal y como se había dado la infección por el hongo, la hipótesis de las gasas era la que mejor encajaba. 
➡️Pues con todo esto, la juez ha archivado el caso, y las compañeras represaliadas siguen viviendo un calvario en el HUCA. Varias de ellas están o han estado de baja por ansiedad y depresión.

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