La historia que voy a contar ha ocurrido
en el Hospital Central de Asturias (HUCA), pero podría haber ocurrido en
cualquier otro, le podría haber tocado vivirla a cualquier compañera. A
algunos/as os parecerá de serie de Netflix , a otros no os sorprenderá
demasiado.
➡️El 11 de
Diciembre del 2017 un paciente de 44 años es intervenido quirúrgicamente por
una dilatación aórtica y cambio de válvula aórtica. Aunque parece que en la
hospitalización tras la cirugía cardíaca presenta una infección, se le pauta
tratamiento y se va de alta. Sufre dos episodios de síncopes vasovagales
fuertes, precisando uno de ellos reanimación avanzada.
➡️El 2 de
Enero de 2018 el mismo paciente es reintervenido por otro equipo de cirugía
cardíaca al presentar derrame pericárdico severo. Fallece durante la cirugía
por una rotura de pseudoaneurisma de aorta (no diagnosticado en el TAC previo)
que se produce durante la intervención. No se pudo hacer nada ante la
hemorragia masiva.
➡️Este
drama pasa a un siguiente nivel, cuando el equipo de la 2º cirugía se ha
percatado de que en el mediastino de ese hombre se habían quedado dos compresas
olvidadas de la primera intervención, algo que cuadra tanto con la infección
fúngica que presentaba, como con los desgarros sufridos, como con que en el
recuento final de compresas salieran dos de más.
Se abre una investigación interna y la familia se entera de la misma,
decidiendo denunciar por la vía penal…
El cirujano, el anestesista y tres enfermeras que participaron en la 2º cirugía
son citados a declarar como testigos. Todos han recibido previamente coacciones
y amenazas de despachos del HUCA para que no cuenten una versión, la que ellos
percibieron, que contrasta con la versión oficial que, como no podría ser de
otra forma, exime al centro de responsabilidad y niega la negligencia de las
compresas.
Además de la ética y de la responsabilidad con nuestros pacientes como premisas
para decir la verdad, cabe decir que en un proceso judicial uno tiene la
obligación de aportarla como testigo. En sede judicial contaron lo que
percibieron.
En varias pruebas periciales se vieron indicios de la existencia de esas
compresas y remarcaron que una infección, como la de este caso, puede hacer que
las fibras radiopacas no se vean en las pruebas radiológicas.
➡️Pues bien,
las dos enfermeras han sido apartadas del servicio como represalia, han puteado
al anestesista hasta que ha abandonado el hospital y han “degradado” a cirugías
menores al cirujano. Además han expedientado a 5 enfermeras que apoyaron a sus
compañeras. ¿Qué hace que este suceso sea demasiado sospechoso? Varios
detalles sin importancia: -El cirujano de la primera cirugía donde se produjo
presuntamente el caso de las compresas es un peso pesado del HUCA, un jefe de
servicio.
-El hospital destruyó las famosas compresas entregadas por el 2º equipo en vez
de conservarlas como pruebas cruciales. Así se denunció durante el juicio.
-Varios catedráticos de radiología y anatomía, ajenos al centro, y que actuaron
como peritos en el juicio, encontraron formas compatibles con las gasas en las
pruebas radiológicas que se han aportado, aún subrayando que la infección las
podía enmascarar perfectamente y que vale más por tanto lo que vio el equipo de
la 2º intervención.
-Otro catedrático de microbiología ha apuntada a que tal y como se había dado
la infección por el hongo, la hipótesis de las gasas era la que mejor
encajaba.
➡️Pues con
todo esto, la juez ha archivado el caso, y las compañeras represaliadas siguen
viviendo un calvario en el HUCA. Varias de ellas están o han estado de baja por
ansiedad y depresión.
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