A
grandes rasgos, en que consiste una comisión de investigación y cuál es su fin.
“Las comisiones de investigación deben elaborar un plan de
trabajo y pueden nombrar ponencias en su seno y requerir la presencia de
cualquier persona para ser oída. Las conclusiones de la comisión no son vinculantes
para los Tribunales, ni afectan a las resoluciones judiciales, sin perjuicio de que el resultado de la investigación sea
comunicado al Ministerio Fiscal para el ejercicio, cuando proceda, de las acciones
oportunas. Son, por tanto, decisiones en muchos casos políticas sin efectos
legales”
Dicen
que fue Napoleón Bonaparte quien dijo: “Si quieres solucionar un problema,
nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una
comisión”. En Asturias en los últimos años se abrieron innumerables comisiones
de investigación de todo tipo. Es más, cuando a nivel político algo se “enmierda” y el hedor se vuelve nauseabundo, los políticos asturianos y ahora los gestores
públicos, corren prestos y dispuestos a crear una comisión de investigación,
sabedores todos ellos que no va llegar a ningún puerto, pero lo hacen.
Hoy
conviene recordar la tan manida comisión de investigación de las listas de
espera, un claro ejemplo de ineptitud, cuando no, una tomadura de pelo en toda
regla al contribuyente. Durante meses desfilaron ante esta comisión del
Parlamento asturiano más de un centenar de comparecientes de diferentes ámbitos.
En su mayoría no sabían lo que había ocurrido, ellos tan solo estaban de paso,
y las conclusiones dan poco menos que risa. Entre los comparecientes estaba el
consejero de Sanidad y su predecesor en el cargo, varios gerentes del Sespa,
gerentes de las diferentes áreas sanitarias, jefes de servicio, e infinidad de
responsables de otros estamos, pero nadie fue señalado como responsable, y
mucho menos se exigieron responsabilidades.
De
un tiempo a esta parte en el entorno de la gestión sanitaria, ante la
aparición de la denuncia pública de un paciente o sus familiares, los gestores del Sespa y sus lacayos constituye
de inmediato una comisión de investigación interna, que supuestamente debería de esclarecer los hechos denunciados. Casualidad o no, de alguna de estas
comisiones nada se sabe, a pesar de haber transcurrido ya dos años de su puesta
en funcionamiento. En otros casos las conclusiones a las que llegan, no hace más que
crear incertidumbre y dudas sobre el fondo de la cuestión investigada. Pero los
gestores de la Sanidad pública en Asturias están llegando a tal punto, que
incluso ahora la justicia tiene sus dudas sobre las conclusiones de algunas de
ellas, por lo que se decidió abrir diligencias penales en algunos casos.
Por
tanto, podemos decir sin lugar a equivocarnos, que las comisiones de
investigación en España son un “show”, pues en la mayoría de los casos no
encuentran irregularidades en los temas investigados, y mucho menos señalan en sus conclusiones a los autores
de las tropelías. Si lo que se buscan son responsabilidades políticas estas
nunca aparecen, e incluso alguno de los comparecientes se permiten decir frivolidades
tales como “Me lo he pasado muy bien. Tengo ganas de volver y todo”.
Definitivamente Napoleón Bonaparte o fue un visionario, o era un hombre con mucho sentido común, algo de lo que hoy carecen la inmensa mayoría de los políticos y cargos públicos.
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