martes, 2 de abril de 2019

El desabastecimiento farmacéutico visto desde COFAS


«La mitad de los pedidos de las farmacias asturianas no se satisfacen»
Juan Ramón Palencia
Presidente de la Cooperativa Farmacéutica Asturiana (Cofas)
«Esta situación obliga a gastar muchos recursos a las partes implicadas y genera importantes costes a todos los niveles»
Adiro, Loette, Cafinitrina, Dalsy, Primperan, Adalat, Trankimazin, Urbason... Y así hasta 507. Faltan medicamentos. Es algo que sufren los asturianos cuando se acercan a su farmacia de confianza receta en mano y que comienza a afectar a todo el espectro sanitario, desde los propios farmacéuticos hasta la distribución, los hospitales y, por supuesto, los pacientes. Juan Ramón Palencia Coto (Oviedo, 1970) es el presidente de la Cooperativa Farmacéutica Asturiana (Cofas), desde cuyas instalaciones de Pruvia salen a diario miles de unidades de medicamentos para ser distribuidas en oficinas de farmacia del Principado y Cantabria.
-¿Cuántos medicamentos tienen problemas de suministro?
-El número de referencias publicadas por la Agencia Española del Medicamento es 507, de los que una parte no tienen sustitutos y otros sí. Una cosa son problemas ya detectados y que carecen de suministro y otros son erráticos o insuficientes, por lo que no cubren todas las necesidades de las farmacias. Por eso, tenemos que gestionarlos limitando las unidades para poder abastecer las boticas de una manera equitativa.
-¿Qué porcentaje del total de fármacos faltan en Asturias?
-El número es considerable, pero si lo comparamos con el vademécum con el que trabajamos no es muy alto. Sí puedo decirle que en los pedidos diarios de las farmacias, de cada siete páginas tres son de faltas o límites que tenemos que poner. Esto hace gastar muchos recursos a todas las partes implicadas, lo que genera unos costes importantes tanto a nivel médico como en distribución o farmacia.
-¿A qué se deben?
-Obedecen a múltiples factores. En unos casos hay problemas de fabricación de la materia prima, en otros se debe a aumento de la demanda o a no compensar los costes de nuevas exigencias en la fabricación, como pasará con el ibuprofeno. Se habla también del Brexit, ante la incertidumbre de las farmacias inglesas, pero gracias a unos acuerdos de última hora no creo que se produzca un desabastecimiento por esto.
-¿Influye el nuevo sistema de codificación de medicamentos?
-Algo sí. Desde el 9 de febrero, los laboratorios han tenido que adecuar los envases con sistemas de seguridad antimanipulación e incluir en cada caja una matrícula unitaria. Con la entrada en vigor del Sistema Español de Verificación de Medicamentos también surgieron inconvenientes, pero están siendo solventados. En los casos donde surgen dudas en la respuesta de los sistemas informáticos, debe primar la dispensación de los medicamentos.
-¿Existe alguna patología para la que no haya tratamiento?
-Las patologías están cubiertas con otros medicamentos, aunque a veces supone un inconveniente para el paciente, que tendrá que acudir al médico para cambiar el tratamiento. Ocurre así con la Cafinitrina, con problemas de suministro desde junio del 2018 pero que tiene alternativa: el Trinispray. En otros casos como el de la Flecainida (Apocard) se habilitó la importación de unidades de medicamentos extranjeros.
-Es decir, que en casos extremos podríamos abastecernos de otros países.
-Sí. Está autorizado cuando no hay manera de conseguir algún medicamento. El prospecto y el envase suelen venir en otro idioma, pero el fármaco es el mismo. Cuando se habilita esta vía, el paciente debe acudir a la gerencia del centro de salud, donde le será suministrado.
-¿Se trata de una situación excepcional?
-En el último año se han incrementado considerablemente las faltas. En 2018 se recibieron 1.332 notificaciones, un 44% más que en los últimos tres años. Pero repito, el problema no son solo los fármacos ya notificados, sino que hay muchos «suministros erráticos» -que se dan cuando los laboratorios no pueden cubrir la totalidad de la demanda de un fármaco pero este no está notificado como falta- y que obligan al farmacéutico y a la distribución a realizar pedidos todos los días. No se trata de un problema tan grave como para no encontrar el medicamento en ninguna farmacia, pero obliga al paciente a deambular de una a otra oficina hasta dar con alguien que lo tenga.
-Entonces, ¿tienen todas las farmacias el mismo problema de suministros o existen diferencias?
-El problema es general. Puede que una u otra botica lo tenga antes que otra, dependiendo del distribuidor al que le compre, pero la diferencia no suele ser mayor de uno o dos días.
Stock de seguridad
-¿Estamos mejor o peor que en otras comunidades?
-Aunque influyen las necesidades de cada región y en Asturias, por ejemplo, se utilizan más inhaladores para el asma, no son significativas. Hablamos de un problema a nivel nacional e incluso internacional, puesto que en la mayoría de los casos los laboratorios son multinacionales.
-¿Existe algún stock de seguridad o similar?
-Para ciertas patologías, como la meningitis, solemos tener un mayor stock por si surge un problema de contagio. Y cuando sabemos que puede ocurrir, aumentamos los días de stock -pidiendo más cantidad al laboratorio- del resto de presentaciones que puedan cubrir esa falta. Todo esto es muy complejo de gestionar, pero se hace.
-¿Está garantizada la medicación en hospitales y centros sanitarios?
-Los laboratorios suelen priorizar el suministro en los hospitales, pero también pueden tener complicaciones similares. 

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