La
heroica vida de un pediatra: 'El Cepi' trataba a niños con cáncer y murió del
suyo a los 31 años
Antonio Cepillo trabajaba en la planta
de Oncohematología del Hospital General de Albacete. Su mejor 'medicina'
eran la risa y sus canciones.
El
pediatra Antonio Cepillo era el capitán optimista.
También era flautista, zar, brujo, regidor,
deshollinador, aviador y tritón. Todos ellos, personajes en los que este médico
albaceteño se metía para recetar a sus pacientes la mejor de las medicinas: la
risa. Sus espectadores y compañeros de reparto en los musicales eran niños, pequeños hospitalizados en
la planta de Oncohematología Pediátrica del
Hospital General de Albacete.
Los
Guachis, el
proyecto de animación de este hospital que trabaja con niños que padecen
cáncer, moviliza a pacientes, familiares, voluntarios y a profesionales
sanitarios. Todo con un objetivo: olvidar la enfermedad o, al menos, dejarla
aparcada durante un rato para divertirse y acumular fuerzas para seguir
luchando. Antonio, más conocido como Cepi, era
alguien especial, también el mejor embajador guachi. Este
pediatra de 31 años estaba a ambos lados.
Era médico, pero también paciente, desde que le diagnosticaron un tumor hace
tres años. En sus dos facetas se implicó como nadie, por un lado,
con los niños, y por otro, contra su enfermedad que finalmente le acabó
venciendo tras años de lucha.
Todo empezó hace
cuatro años. El 6 de mayo de 2016, el joven Antonio Cepillo contaba emocionado,
tras finalizar su formación como médico residente, que durante su tercer año de
residencia en Pediatría se encontró con un bulto que no
le dolía. De la noche a la mañana, se veía en la sala de espera de
Oncología y, al otro lado, con un tumor. En ese momento, para él se detenía el
tiempo y la vida, delante de un Aula Magna repleta en la Facultad de Medicina
en Albacete. Allí mismo confesaba que nadie mejor que él sabía como un médico
no debía tratar a un paciente. Ahora, él era ambos.
A partir de ese
momento, repetiría una y otra vez una misma frase: "No seáis ese médico al que nadie quiere volver a ver".
Un año después de aquel acto en el que hacía pública su lucha contra el cáncer,
en junio de 2017, el pediatra albaceteño se confirmaba como Capitán Optimista yGuachi, miembro
de ese equipo de todo tipo de personas que sacando sonrisas y
cantando se enfrentaba ante la adversidad.
Así se presentaba ante los que eran sus compañeros -y sus
pacientes:
Mis querid@s
Guachis:
Es un honor embajar
vuestros viajes y sueños. Aún no sois del todo conscientes pero, de alguna
manera, ya lo estáis consiguiendo: "A veces los sueños se los
lleva el viento, por la impaciencia y la soledad de los humanos. Pero
hemos venido aquí, acompañados por un montón de soñadores, que
creen, que gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo
cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo".
Siempre a vuestro
lado, gracias por regalarnos motivos y momentos llenos de vida.
Siempre que
el capitán optimista, como le bautizaron sus niños, los
visitaba en la Planta de Oncología llevaba puesta una nariz de payaso y, en
ocasiones, una capa para recetarles la
más altas dosis de optimismo y ánimo ante lo que estaba por venir. Tal vez
recuerden leyendo estas lineas y viendo como entendía Antonio Cepillo su
profesión a Patch Adams, el médico
estadounidense de 73 años, interpretado por Robin Williams en la película de
1998 que llevaba su nombre. El doctor que ignoró las normas de la
universidad y entró en el hospital con el único objetivo de que los pacientes
no se sintiesen limitados por el hecho de padecer una enfermedad y pudiesen
evadirse de esa situación con la risa, y su nariz de
payaso.
Este médico se dio
cuenta de que lo que de verdad le realizaba y todavía sigue realizándole es
ayudar a los demás de una forma distinta a la convencional tanto fuera como
dentro del hospital: con humor. Tal vez Cepi se
inspirase en él o, simplemente, se dio cuenta de que la vida estaba para intentar ser y hacer feliz a los demás, aún más a
los que tenían problemas.
En el Hospital
Universitario de Albacete, todos le conocían. Pero donde lo hacían
especialmente era en su planta, donde también están Los Guachis, las decenas de compañeros y pacientes
que hoy todavía no terminan de creerse que su capitán ya no esté con ellos.
"Difícil resulta
resumir a Antonio Cepillo, tan difícil como asumir su pérdida. Cepi era ese chico de múltiples facetas: deportista, científico, sabio, humanista,
cooperante, artista, un hombre bueno", recuerdan sus compañeros, Los Guachis.
"La vida regala
gente insuperable, pero a veces les da una corta trayectoria. Pero en Los Guachis existe un firmamento donde las estrellas no se apagan, brillan e irradian
fuerza que alumbra en las tinieblas. La vida nos regaló un capitán, un
líder carismático. Nuestro mejor embajador.", prosiguen.
Son tantos y tantos
los recuerdos que les vienen a la mente a este proyecto de animación, que tal
vez, necesiten un tiempo infinito para procesar e incorporar todo lo que ellos
consideran como "la magia de Antonio Cepillo".
Se quedan "un poco pequeños", tal vez "algo perdidos", pero
les "ha dado tanto y tanto" que rebobinarán y pulsaran el play para revivir todo lo "que les ha
enseñado".
"¿Y qué
haría Cepi?", se preguntarán cuando no tengan
respuesta. "Palabras mágicas" que
funcionaran como la mejor pócima, se responderán, como hacía su mejor pediatra. "Lleva una capa y una nariz
verde. Velará por todos; en especial por los más vulnerables. Por
favor, seguid su estela…..que no se pierdan sus enseñanzas y que sus proyectos
caigan en las manos adecuadas. Le hará muy feliz", finaliza este colectivo musical en la misiva que han publicado en las
redes sociales.
Su amistad con Iniesta
El 2 de abril, cuando
Antonio se fue, no solo fue un día triste para la Pediatría, sino también para
Albacete. De un modo u otro todos le conocían. Antes de trabajar en la planta
de Oncología había colaborado como voluntario en distintos proyectos de
pediatría en países en vías de desarrollo. Y una vez llegó al
Universitario su labor no tardó en recibir los primeros reconocimientos: en octubre de 2017 los premios Hospital Optimista le concedieron el título
de Capitán Optimista, tras la candidatura que presentaron
sus compañeros y la familia de Los Guachis.
Uno de los últimos
reconocimientos lo recibió de manos de la Confederación de Empresarios. FEDA lo
premió el año pasado por su responsabilidad social, en los premios San Juan
2018. Y el doctor Cepillo empleó el dinero del premio en
pintar con fotogramas de películas de Disney, las habitaciones y
estancias del área de oncología pediátrica, a través de proyecto Dibujando mi Hospital de colores para todos sus niños.
Pero si alguien le
conocía bien, era el jugador de fútbol Andrés Iniesta. El
doctor Antonio Cepillo y el exjugador de FC Barcelona habían sido compañeros de
vestuario en el Albacete Balompié. El equipo que
ambos habían compartido en categorías inferiores durante casi 16 años, y que
también le recordaba en las redes sociales como el médico "que hacía
sonreír a los niños hospitalizados en la planta de Oncohematología".
Iniesta le recordó de
la mejor manera, publicando también una foto junto a él: "Amigo, capitán,
tu lucha, generosidad, altruismo, dedicación han sido y serán un ejemplo para
todos. Un beso muy fuerte para la familia y amigos. Descansa en paz, Cepi".
Sus compañeros del
Colegio de Médicos, le recordaron como quien "ha sentado las bases de la
humanización desde la doble óptica, la del médico y la del paciente". Tal
ha sido el movimiento que ha generado la pérdida de este gran profesional que
en apenas cuatro horas, más de 5.000 firmas han sido recogidas para que el
hospital de Albacete pase a llamarse Hospital Universitario Antonio
Cepillo, en honor al fallecido pediatra albaceteño Antonio Javier Cepillo
Boluda. "El nombre de una persona que lo ha dado todo por la
medicina, que ha puesto su corazón y su ejemplo para una buena praxis",
reza la petición.
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