Cisma total en Cirugía Cardiaca del HUCA por las
acusaciones del caso de las gasas
La tención por el cruce de imputaciones entre
compañeros sobre la muerte de un paciente se acentúa por una denuncia sobre la
posesión de lun busca.
Las
pesquisas de la jueza sobre dos compresas supuestamente olvidadas dentro de un
paciente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) parecen estar
llegando a su fin. Han transcurrido trece meses y un día desde que el ovetense J.
L. G. R., de 44 años, falleciera desangrado en una operación que el cirujano le
había presentado como “rutinaria”. Aún no se sabe si la magistrada archivará la
denuncia de la familia del enfermo o si ordenará la apertura de juicio. Pero sí
hay algo seguro, y que en los últimos meses
no ha hecho más que consolidarse: este litigio ha generado en el servicio de
cirugía cardiaca del HUCA una fractura interna que diversos observadores
consideran prácticamente irreparable. Incluso ha originado otra denuncia por falsedad
documental que ha obligado a realizar pruebas de geolocalización para
determinar algo teóricamente más sencillo: qué cirujano estaba a cargo de uno
de los buscas del hospital en el momento de los hechos.
El
caso está por el momento en la vía penal. La titular del Juzgado de Instrucción
1 de Oviedo tiene ante sí dos tareas muy complejas. La primera: dirimir si en
efecto había dos compresas en la cavidad torácica del paciente cuando lo
abrieron para una segunda operación, y si esas supuestas gasas habían sido
olvidadas por otro grupo que había intervenido al mismo paciente el 11 de
diciembre anterior (2017). La segunda:
si estas gasas son la causa directa de la muerte, o si ésta fue más bien
provocada por un pseudoaneurisma que no había sido advertido en las imágenes diagnósticas.
En el
momento actual hay cinco trabajadores del HUCA con estatus de investigados,
entre ellos el cirujano responsable de la primera intervención y el responsable
de la segunda.
Según
el testimonio del equipo que llevó a cabo la segunda operación, las compresas
halladas junto al corazón se habrían infectado y formado un coágulo, y serían
la causa del fatal desenlace. Esta versión implica volcar la responsabilidad en
el equipo que habría practicado la primera intervención.
VERSIONES CONTRAPUESTAS
La
presencia de compresas ha sido negad por dos radiólogos del HUCA, que ante la
juezá descartaron de forma tajante que se vieran estos tejidos en las pruebas
realizadas al paciente entre una operación y otra. Esta tesis corrobora la
defendida por un informe enterno del Hospital Central, que sí admite un posible
error por no haber detectado un pseudoaneurisma que pudo der el causante de la
muerte.
La
juez tiene que elegir entre estas versiones y otras abiertamente opuestas.
Alberto Muñoz, catedrático de Radiología de la Universidad Complutense y
experto en neurorradiología, ha elaborado un informe a petición de la defensa
del cirujano de la segunda operación en el que asevera que se aprecia con
claridad la presencia de las compresas en las pruebas radiológicas realizadas
al paciente en el intervalo entre las dos operaciones.
Otro
informe pericial, firmado por antiguo jefe de Cirugía Cardiaca del HUCA, José
Manuel Valle, sostiene que es verosímil la versión del cirujano que realizó la
segunda operación.
Y,
finalmente, una enfermera que estaba trabajando en el quirófano contiguo al que
acogió la segunda intervención declaró que, al ser alertada por el revuelo del
quirófano vecino, se dirigió a él y vio cómo sus colegas sacaban de la cavidad
del paciente un grumo indefinido, que al extenderlo resultó consistir en dos
compresas.
Desde
que sucedieron los hechos, el clima de las relaciones personales se ha vuelto
irrespirable, según han indicado a este periódico varios buenos conocedores de
los entresijos del HUCA. Este deterioro se considera aún más preocupante en la
medida en que el servicio de Cirugía Cardiaca del hospital ovetense ha sido en
los últimos años, en el conjunto del país, el que más operaciones ha realizado
en relación al tamaño de la población que atiende. “Está a punto de estalla”
es, poco más o menos, la idea que más repiten los observadores cercanos de la
situación.
Un
hecho reciente muy concreto parece refrendar que no estamos ante una exageración.
Se trata de una denuncia, también penal, derivada del caso citado, y que ha
sido investigada por otra magistrada, la titular del Juzgado de Instrucción 3
de Oviedo. Fue presentad or el cirujano que llevo a cabo la segunda operación.
Aseguraba que era falso un documento emitido por el HUCA que negaba que el
cirujano que realizo la primera operación estuviera en posesión de un busca del
hospital en el momento que se realizaba
la segunda cirugía, y afirmaba que el aparato lo tenía un tercer cirujano.
El
denunciante entendía que, con este documento, los responsables del HUCA
pretendían eximir de responsabilidad al autor de la primera cirugía, con quien
afirma haber mantenido una conversación telefónica cuyo contenido sería
decisivo para esclarecer el caso. La
magistrada solicitó unas pruebas de geolocalización que concluyeron que el
busca estaba en las proximidades del domicilio del autor de la primera
operación. Pese a todo, la jueza no considera “debidamente justificada la
perpetración del delito de falsedad documental” y ha declarado en el
sobreseimiento provisional de la causa”.
EL CASO. El 2 de enero de 2018, un
paciente de 44 años falleció en el HUCA en el transcurso de una operación de
corazón. El equipo que practicó la intervención aseguró que se habían
encontrado dos compresas en su cavidad torácica, y que la infección de estos
tejidos fue la causa de la muerte. El mismo paciente había sido operado el 11
de diciembre de 2017 por otro equipo.
LA DENUNCIA. La familia llevó el caso a
la vía penal y la juez está a punto de pronunciarse.
Fuente documental: LNE
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