El cáncer pierde más batallas con la máquina donada
por Amancio Ortega
El primer equipo de radioterapia que ya funciona en el
Hospital Reina Sofía de Córdoba alargará la vida de entre 80 y 100 mujeres con
tumor de mama al año
El cáncer pierde cada día más batallas con la vida. A esta guerra, donde entran
en juego la pericia de los profesionales, el avance imparable de la técnica y
la mayor conciencia social sobre la importancia de prevenir, se ha añadido una
potente arma. Una revolucionaria máquina que alarga la
supervivencia de las mujeres que luchan contra el cáncer de
mama con una única sesión de radioterapia de entre 18 y 40 minutos,
inmediatamente después de que el tumor sea extirpado y sin salir del quirófano.
Los equipos actuales que existen en la mayoría de
hospitales españoles y andaluces, auténticas moles difíciles de mover y a
menudo obsoletos, obligan a las pacientes a someterse a entre 15 y 25 sesiones
diarias para lograr o, al menos intentarlo, el mismo efecto: que el cáncer sea historia y no vuelva a aparecer jamás.
Todo son ventajas. Para las pacientes que lo han probado, para los
profesionales que la utilizan, impresionados por su precisión al aplicarlo
sobre el lecho tumoral y por lo manejable que resulta. Ventajas también para el
sistema público de sanidad -y, por ende, para los andaluces que lo sostienen
con sus impuestos-. El Servicio Andaluz de Salud (SAS)
se ahorra el costoso tratamiento con fármacos.
Por paradójico que pueda parecer, han surgido voces que desprecian
este «regalo». No por el artilugio de última generación en sí, sino por su
procedencia. «Debería darnos pudor que una empresa como» la de Amancio Ortega «financie equipos sanitarios en
Andalucía con un presupuesto en sanidad de 33.000 millones de euros», le
reprochó la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, durante
un debate parlamentario.
Pese a quien pese, la donación del tercer hombre más rico del mundo (según la lista
«Forbes») ya es una realidad en Córdoba. Entre 80 y 100 pacientes al año pueden
utilizarla al año sólo en este hospital. El primero de los 25 equipos de
radioterapia intraoperatoria que van a ir llegando hasta 2020 a los hospitales públicos de Andalucía está funcionando
desde hace un mes en el Hospital Universitario Reina Sofía de la capital
cordobesa.
La filantropía del magnate de la industria textil con
la sanidad andaluza se cifra en 40 millones de euros, según el convenio que
desarrolla el protocolo de intenciones entre la Junta de
Andalucía y la Fundación Amancio Ortega suscrito el 19 de mayo de 2016. El
propietario de Inditex donará hasta 320 millones a hospitales de toda España.
Entre el equipo médico y sus primeros usuarias, todo
son palabras de elogio. Amalia Palacios, jefa de
servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Reina Sofía de
Córdoba, se muestra «totalmente contenta» con esta donación. Desde el punto de
vista médico, «se da visibilidad a una técnica de tratamiento contra el cáncer
que tiene menos mecenas que el arsenal farmacológico». «Aligera costes y hace
que los pacientes ganen años de vida. Contribuye a mejorar la
supervivencia de quienes luchan contra el cáncer. Con eso se va
al garete cualquier crítica», advierte esta médico que participó en la elección
de la máquina.
Permite tratar con exactitud la zona donde existe un
mayor riesgo de que el cáncer se reproduzca, sin dañar el tejido sano
adyacente. «Con un acelerador convencional, las mujeres tenían que
desplazarse hasta cien kilómetros para realizar 15, 20 o 25 sesiones. Ahora
basta con una en el quirófano», explica Palacios.
El cáncer no solo erosiona el cuerpo, también desgasta la mente. Las
virtudes del acelerador llegan al terreno psicológico. «Aparte de la comodidad,
la percepción de gravedad en el paciente se reduce», resume esta profesional,
que ya sueña con aplicarlo en otros tumores con alto riesgo de
reincidencia como el de páncreas, colorrectal y sistema
nervioso central. No está indicada para todas las patologías.
María del Carmen Anta Carmona, de 60 años, auxiliar de
Enfermería en el Reina Sofía, es una de las primeras pacientes que han
aprovechado este novedoso método. El pasado 7 de junio le extirparon un tumor
de 1,5 centímetros y luego recibió la radiación de la máquina. «Al día siguiente ya estaba en mi casa y me olvido del hospital,
no he tenido que volver», relata. «Una cuñada mía, con el mismo
problema, tuvo que pasar por sesiones de quimio y radioterapia durante varios
días. Estoy agradecida», señala.
«Dejad que
nos ayuden»
Ella suscribiría sin pensarlo la campaña de recogida
de firmas, a través de la plataforma Change.org,
que ha puesto en marcha Tina Fuertes de la Torre al grito de «dejad que nos
ayuden». Está enferma de cáncer de Marbella responde así a los reparos de la
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que ha pedido a las comunidades que rechacen las donaciones del
dueño de Zara.
La filantropía de Ortega va a suponer una
actualización completa de la tecnología en los centros sanitarios de las ocho provincias,
que en algunos casos empezaban a mostrar signos de obsolescencia. Darán la
bienvenida a 25 aceleradores lineales para el tratamiento de enfermedades
oncológicas, de los que 17 reemplazarán a otros tantos con más de diez años de antigüedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario