"La Consejería de Sanidad deberá retirar el
registro obligatorio de enfermedades raras"
Corría el mes de marzo del año 2014, cuando el consejero de
sanidad del desgobierno de Asturias en aquel momento, conocido fundamentalmente
por su poca capacidad de dialogo, decidió de forma unilateral la creación del
llamado registro de enfermedades raras.
De poco sirvieron las voces que
se alzaban hablando de la estigmatización a la que se podía someter a los
enfermos de cara a un futuro no muy lejano. Entre las voces autorizadas que se
levantaron en aquel momento, estaba la de Susana Pérez Alonso, representante de
la Asociación de Pacientes - ASENCRO,
quien no dudo de advertir que “esto tendrá efectos legales y los pacientes no
están siendo debidamente informados”. También Joaquín Fernández Toral, Jefe de
la Unidad de Genética del HUCA comentada en su momento que “los temores so son
infundados. Puede haber consecuencias en materia de seguros y empresas”.
Claro que una vez más del SESPA
hizo de su capa un sallo, lanzando como era de esperar una nueva ofensiva. El
primero en salir fue Julio Bruno, en aquel momento Director de Salud Pública,
quien como era de esperar puso los primeros paños calientes, pues afirmaba que
“el uso de los datos es absolutamente confidencial. Tienen un destino epidemiológico”.
Más contundente fue Juan Méjica abogado de la Seguridad Social, quien
manteniendo una línea muy del régimen imperante en aquel momento, espeto ante
los medios que, “la autoridad sanitaria tiene competencias para crear todos los
registros que estime necesarios”, faltaría más, venía con la lección bien
aprendida.
Las enfermedades raras, también llamadas poco comunes o
de baja frecuencia, son aquellas que afectan a 5 de cada 10.000 personas. Pero
que sean infrecuentes no significa que haya pocos afectados. En Asturias se
estima que se diagnostican unos ocho mil casos cada año. El total de enfermos
supone casi un 5% del total de la población, según cálculos de la Consejería de
Sanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario