En busca de una nueva gestión sanitaria - Dr. Laureano López Rivas
Vamos a cerrar esta semana con la opinión de otro profesional de la sanidad,
pero de los de verdad. De aquellos que no cambian sus principios, ni sus
criterios, por un puesto de libre designación, algo que hoy día es ya difícil
de encontrar.
Es el turno del doctor Laureano López Rivas ahora jubilado, y que fuera hasta
hace bien poco jefe de Digestivo del Hospital San Agustín. El cual ofreció esta
semana una conferencia en el palacio de Valdecarzana, organizada a su vez por
la Plataforma por los servicios públicos de la comarca de Avilés.
Una de sus primeras afirmaciones realizadas por el doctor, fue indicar que
en estos momentos en Asturias “las listas de espera, desesperan”.
Para a continuación resaltar, que solo en el Hospital de San Agustín 9.900
personas están a día de hoy pendientes de consulta, 4.060 pendientes de una
prueba de diagnostico y 2.120 de una intervención quirúrgica, eso según las
cifras publicadas por el desgobierno de Asturias a 31 de enero, las cuales no
están exentas de haber recibido la correspondiente capa de maquillaje.
Ante esta pasmosa situación, el doctor animo a la ciudadanía a informarse,
para a continuación reseñar que todos debemos de tomar conciencia de la situación,
y ejercer las medidas que consideremos oportunas ante la pasividad de la
administración. Llegando a señalar, que si no llega con denunciar, se debe de
recurrir si fuera preciso, a las movilizaciones.
Una de sus propuestas reivindicativas, se centro en la necesidad de llevar
el sistema hcía una nueva gestión, la cual debería de pasar por fortalecer los
equipos de Atención Primaria. Pues ante las reiteradas bajas en dichos
servicios de A.P., las cuales en la mayoría de los casos no son cubiertas. Propiciando
así la rotura del primer eslabón de la cadena de atención al paciente, lo cual
va redundar inmediatamente en la
saturación de las urgencias hospitalarias. Haciéndose entonces imprescindible
una buena coordinación entre la atención primaria y la del Especialista.
Otra de sus contundentes afirmaciones, vino dada, cuando seguro que, “en
las manos del usuario está casi todo: tenemos más poder del que creemos. Y
debemos exigir a los poderes públicos transparencia".
Si bien el doctor López Rivas reconoce que en las listas de espera influyen
diferentes factores. Indicando que “por
un lado está la edad cada vez más avanzada de los pacientes, la cronicidad de
las enfermedades y la capacidad de resolución del sistema sanitario. Ante esto
se debe analizar el rendimiento del sistema".
Con todo ello el Hospital San Agustín de Avilés no es de los que peores
listas de espera tiene, ya que el record del descontrol sanitario se centra en
el Hospital Universitario Central de Asturias – HUCA, donde lo que de verdad es
preocupante, son las lista de pacientes no ya pendientes de una cirugía, si no
las de aquellos que están pendientes de un diagnósticas o de una prueba para
poder efectuar el mismo.
Llegando con sus afirmaciones a decir, que cuando una persona tiene un
síntoma, hasta que pasa por consulta, a veces pasan cuatro meses, salvo claro está,
aquellos que acuden a las urgencias, o a los que los profesionales dictaminan
como casos preferentes, esos llegado el momento tienen más suerte.
Hace tan solo unas horas, que la Plataforma de Defensa de la Sanidad
Pública de Asturias, por boca de su portavoz Carlos Ponte, valoro positivamente
que la Consejería de Sanidad creara una comisión para el seguimiento de las
listas, aparte de la de investigación que el grupo de Podemos puso en marcha
hace unos día en la Junta General.
El portavoz dice haberse visto sorprendido, cuando entre los doce miembros
de la comisión creada por la consejería, no se encuentre nadie del SESPA. Y
esto seguramente que quiere dar a entender, que nadie va asumir responsabilidad
alguna sobre lo que viene a ocurriendo
en el entorno de la sanidad pública de
Asturias.
A la afirmación hecha por parte del doctor Lopez Rivas, donde decía que “las
listas de espera, desesperan”, yo quiero añadir, que además causan muchas bajas.
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