lunes, 18 de enero de 2016

La gripe bajo control ... ¿o no? vaya usted a saber

La pasada semana alertamos sobre la situación que se estaba viviendo en alguno de los hospitales públicos de referencia de nuestra región. Por aquel entonces, nada se había dicho nada en los  médicos de información. Entretanto algunos profesionales responsables alzaban temerosos de  nuevo su voz, pues en algunos momentos la escasez de  medios, podía poner en serio peligro a los pacientes.

Y es que ya en torno al pasado fin de semana los hospitales registraban una alta ocupación, dándose algunos casos, donde incluso operaciones programadas debían de ser pospuestas, pues la ingente cantidad de pacientes que  recibían las urgencias por un lado, así como la falta de camas por otro, hacían imposible los ingresos. Claro que la falta de camas no era algo que surgiera de un día para otro, pues venía propiciada por el cierre estival de algunas plantas en diferentes hospitales de la red publica de salud, que después de más de seis meses en algunos casos, no habían sido reabiertas al servicio, lo cual permitía a la administración, no tener que realizar nuevos contratos de personal.

En la mayoría de los casos, ante la saturación del servicio, se echo mano de imaginación, así en el Hospital de Cabueñes complemento sus 14 camas disponibles en urgencias, con las que la UCI de coronaria tenia disponible, evitando tener que derivar pacientes al HUCA. Por su parte en Valle del Nalón, Cabueñes en Gijon y San Agustín de Avilés, se encontraban al cien por cien de ocupación, mientras que el HUCA disponía solo de tres plazas libres.

Como ya viene siendo costumbre, desde la administración se intento quitar hierro al asunto, alegando que la situación no se había colapsado en ningún momento, y lo sucedido, era lo ya habitual de estas épocas del año.  Por si quedaba alguna duda, y para tranquilizar al personal, dejaron trascender, que en el HUCA, las 32 plazas que tiene disponibles en la UCI, se habían visto totalmente ocupadas, los primeros días del presente año, sin que ello hubiera supuesto trastorno alguno.
Claro que no hubiera estado de más, poder recabar la opinión de los trabajadores del servicio de urgencias, sobre todo de aquellos que vivieron los momentos de máxima actividad, pues como es bien sabido, el punto de vista de estos, seguramente que difiere del que nos dan aquellos que lo ven todo liso y llano, eso si, desde la comodidad de sus despachos.
Es de esperar que a lo largo de la presente semana se normalicen ya todos los servicios hospitalarios, más si cabe después de dar por finiquitadas las vacaciones de navidad. Por tanto sería deseable, que las diferentes gerencias de las áreas sanitarias, lleven a cabo la apertura de esas plantas que desde el verano permanecen cerradas, y si hace falta contratar personal, que se haga y no se juegue con la vida de las personas. Tampoco no sería de recibo, que se intente mantener un mayor número de camas, con el mismo número de efectivos, cosa que por otra parte, es lo que viene siendo ya costumbre por  parte de la administración, y sus diferentes gerentes de área.
Por si todo este fuera poco, parece ser que la sanidad en Asturias tiene un nuevo defensor del paciente, pero esperemos que también lo sea de los profesional. Pues según parece, el grupo parlamentario de Podemos en la JG, está dispuesto a dar la batalla, ante la permanente y más que manifiesta inanición de la izquierda plural de “mamazares”. Por no hablar del compadreo que mantienen el PP de Asturias con el desgobierno de la región, y la falta de interés que por el momento tiene Ciudadanos.
La colación morada ya prepara iniciativas para presentar en la JG. Pero además advierte que lo hace, “porque  la situación alcanzó la dimensión de drama en las UCIs, al obligar a médicos de algunos hospitales comarcales a mendigar penosamente durante horas para que se les asignara un espacio a sus pacientes críticos».
La esperanza dicen que es lo último que se pierde, sería deseable que estos movimientos, independientemente de donde vengan, sirvan para paliara algunos de los graves problemas que padece  la sanidad asturiana, que en la mayoría de los casos, está provocada por la inanición de una clase política anquilosada y decante.

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