Para que despues no digan que no cumplo mi palabra.
La noticia es un poco atrasada 14 de junio de 2013, y el titular lo pone el díario EL PAIS, entonces ya se sabe, pero viene muy a cuento en estos momentos y demostrando que mi lucha con los del "triciclo" no cesa.
Aclaracion:"el triciclo" o lo que es lo mismo, PSOE, IU y UPyD unos hacen, otros callan y el tercero otorga.
------------------------------------
La noticia es un poco atrasada 14 de junio de 2013, y el titular lo pone el díario EL PAIS, entonces ya se sabe, pero viene muy a cuento en estos momentos y demostrando que mi lucha con los del "triciclo" no cesa.
Aclaracion:"el triciclo" o lo que es lo mismo, PSOE, IU y UPyD unos hacen, otros callan y el tercero otorga.
------------------------------------
España retrasa la
autorización de los nuevos antitumorales
La crisis y los precios de los fármacos
postergan hasta 18 meses su entrada
Las negociaciones entre el ministerio y los
laboratorios se alargan
Pero el problema no
acaba aquí, como no se cansan de denunciar los oncólogos y las asociaciones de
pacientes. Salvado este primer escollo, una vez autorizado el medicamento, las
reevaluaciones que acometen las comunidades autónomas y las limitaciones que
introducen algunos hospitales pueden retrasar aún más el acceso a estos
fármacos (o frenar su uso) y romper la equidad en el acceso a tratamientos
incluso en una misma comunidad.
“Hace dos años el tiempo
de espera entre la autorización de la Comisión Europea y el acuerdo de
financiación por parte de la sanidad pública rondaba los seis meses y no se
solía tardar más de nueve; en estos momentos hay esperas de 12 y hasta 18
meses”, sostiene el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica
(SEOM), Juan Jesús Cruz. Ayer, en el encuentro que celebró el Grupo Español de
Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) en Madrid, los especialistas
insistieron en esta idea, al señalar que, en cinco años, España ha pasado de
estar en cabeza en la incorporación de fármacos oncológicos, junto a Austria, a
situarse a la cola, junto a Portugal o Grecia. En los últimos tres años, el
gasto en sanidad en España ha caído un 10,6%, lo que equivale a 6.700 millones
de euros menos en los presupuestos destinados a salud.
La ecuación es muy
compleja de resolver en un delicado escenario de intereses cruzados. Los nuevos
medicamentos antitumorales son cada vez más caros, aunque, en algunos casos,
las ventajas que aportan puedan ser limitadas. Los sistemas sanitarios públicos
están sometidos a recortes y fuertes tensiones presupuestarias. La industria
presiona para maximizar la inversión realizada en el desarrollo del producto y
la Administración para rebajar el precio. Los oncólogos quieren dar a sus
pacientes la mejor molécula que hay en el mercado. Y los enfermos reclaman
acceder a los compuestos en el menor tiempo posible para parar el avance de la
enfermedad o prolongar su expectativa de vida, aunque sea unos meses.
Un ejemplo de esta
dilación es el caso de everolimus (Afinitor en su nombre comercial, del
laboratorio Novartis) para sus indicaciones en cáncer de pecho en determinadas
pacientes (aquellas con sobreexpresión del gen HER2 y sensibles a la terapia
hormonal). La Comisión Europea (CE) aprobó su uso en julio de 2012 y aún no se
ha incorporado a la lista de fármacos subvencionados por red pública para tratar
tumores de mama (ya está para renales).
Bastante más tiempo
lleva esperando la eribulina (Halaven, laboratorios Eisai), aceptada en Europa
en marzo de 2011 para tumores de mama mestastásico tratados ya con dos terapias
previas.
Más de dos años después,
sigue a la espera de acuerdo. En situación similar está el vemurafenib
(Zelboraf, Roche) autorizado por la CE en febrero 2012 para el melanoma
metastásico en pacientes que expresan una mutación específica (la V600E,
presente en el 60% de los melanomas) en el gen BRAF. El ipilimumab (Yervoy,
BMS), para melanoma avanzado, tuvo que aguardar desde julio de 2011 hasta
octubre 2012. El precio en el SNS por tratamiento es de 57.000 euros.
El Ministerio de Sanidad
justifica el atasco en que está poniendo en marcha un nuevo procedimiento de
autorización, denominado estudio de posicionamiento terapéutico, que hace unas
semanas cerró con las comunidades autónomas. Con esta herramienta, Sanidad quiere
agilizar la tramitación. Rivero sostiene que la financiación de la eribulina y
el everolimus es inminente; y que si el medicamento es realmente innovador,
mejora la atención sustancialmente y no cuenta con compuestos similares en el
mercado “no tarda más de tres meses en aprobarse”.
En todo caso, como
advierte Cruz, la espera no implica un bloqueo hermético en el uso de los
fármacos si son necesarios —“se pueden obtener a través de procedimientos
extraordinarios, como el uso compasivo”— aunque sí incómodas trabas
administrativas.
La Fundación para la
Excelencia y la Calidad de la Oncología, en la que se encuentran 27 jefes de
servicio de hospitales españoles, advirtió recientemente de que seguir
existiendo tardanza en la incorporación de nuevos fármacos y diferencias
territoriales en el acceso a un mismo medicamento “lo conseguido hasta ahora en
oncología en términos de supervivencia y calidad de vida en España puede sufrir
un retroceso importante”. También el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac)
ha trasladado sus quejas. “Cuanto más tiempo tarda en incorporarse a la sanidad
pública, menos gasta la Administración al no administrar estos fármacos, es una
cuestión de ahorro”, plantea la presidenta de la entidad, Begoña Barragán.
En todo caso, no hay que
despreciar los avances, por pequeños que sean, destacaba la SEOM el pasado día
internacional del cáncer: “Con más de 20.000 casos de cáncer de mama en España
al año, cada 1% de mejora con un avance en el tratamiento hace que 200 mujeres
menos recaigan en su enfermedad”.
La crisis no solo repercute
en las autorizaciones por parte de Sanidad. Organismos evaluadores de las
comunidades autónomas también revisan las indicaciones aprobadas por el
ministerio, a lo que hay que sumar una eventual tercera barrera que pueden
establecer guías terapéuticas hospitalarias, en las que se plantean, a su vez,
diferentes criterios de uso.
“De esta forma es el
pagador [autonomías y hospitales] el que establece criterios de selección en la
administración de los fármacos, lo que resulta un sistema ineficiente que
genera deficiencias de acceso entre comunidades autónomas y hospitales”, apunta
Cristina Avendaño, vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacología
Clínica. “Lo que tampoco puede ser es que el ministerio ponga el precio e
indicaciones pero al final quien pegue sean las autonomías”, destaca Albert
Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes, que reclama dar mayor voz a
las comunidades.
El proceso de posicionamiento
terapéutico contempla incorporar la opinión de los especialistas de los comités
de evaluación de las comunidades autónomas para fijar criterios de uso comunes
de los fármacos una vez aprobados. “Así pretendemos evitar que se reevalúen los
medicamentos”, comenta Agustín Rivero. De esta forma se pretenden combatir las
inequidades que denuncian oncólogos y pacientes. ¿Se conseguirá? ¿Será la
decisión acordada vinculante? “Es complicado”, admite Agustín Rivero “pero
intentamos que sea”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario