domingo, 1 de marzo de 2020

Puedes llamarme enfermera.


Querido paciente:

Dices que tu pagas mi sueldo, te diré que yo también pago mi sueldo y tu atención médica. Estoy para cuidarte no para servirte. Cuando te reprendo por algo no es porque sea una "bruja", y desde luego no es por "fastidiarte", te lo creas o no lo hago porque me preocupa tu salud. 

Siempre que nos vemos por primera vez me presento por mi nombre, utilízalo; no soy "niña", "rubia", "nena", "churri" ni "oye tú", te aseguro que a mí tu nombre no se me olvida. También puedes llamarme enfermera. 
Mi objetivo es que te cures y aliviar tu dolor, no que la televisión funcione correctamente y tele 5 se vea en HD. Tampoco lo es que le otorguen 3 estrellas michelin al catering del hospital. 
Si te digo que hagas por ti mismo algo no es por ser vaga o ignorarte, es porque una parte importante de la salud es el autocuidado, y los enfermeros debemos promoverlo, es parte de tu recuperación. 
Si llamas al timbre y tardo más de 30 segundos en ir piensa que hay más pacientes, quizá esté atendiendo una emergencia.
Y no, no me encanta pinchar o realizar otros procedimientos dolorosos contigo, ojalá no tuviera que hacerte daño, si pudiera te evitaría cualquier dolor o sufrimiento. Discúlpame si no te cojo la vía "a la primera" soy humana, cuando me dices "la señorita del otro día lo hizo de maravilla, ella no está?" lo único que consigues es ponerme más nerviosa y que me sienta mal.
Déjame cuidarte, es mi trabajo. Y déjame que te enseñe a cuidarte por ti mismo, para que no vuelvas a enfermar, es mi objetivo.
Se paciente.

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