Los trileros del Sespa

·      Ahora nos enteramos que de los dos anestesistas de Oviedo, objeto de movilidad forzosa en un principio va para Arriondas.

·     Como el Anestesiólogo de Cangas del Narcea que tenía que ir a Jarrio no va, cambio de cromos (mediante orden que llega a las 14.30 horas del Viernes 7 de Febrero), ahora el destino de uno de los anestesistas de Oviedo es Jarrio, en vez de Arriondas (a día de hoy 9 de Febrero no sabe ni las guardias que tiene que realizar en las 2 próximas semanas).

·      El anestesista que tenía que incorporarse en Arriondas (con una interinidad, que no está la cosa como para resolver una OPE que se convocó hace dos años…) no se ha incorporado. 

Resumiendo: Los pacientes cuyas intervenciones se iban a suspender en Cangas del Narcea (debido a la movilidad forzosa del Hospital de Cangas al Hospital de Jarrio), ahora se suspenden en el Hospital de Arriondas, porque el anestesista que tenía que ir para Arriondas, ahora va para Jarrio… Además se seguirán suspendiéndose cirugías en el Hospital Universitario Central de Asturias por la falta de estos dos anestesistas movilizados de forma forzosa…

De otro lado están quirófanos programados suspendidos, los pacientes a los que se les suspenderán los ingresos, o en su defecto se les dará el alta y se los enviará para casa hasta nueva orden (esto ya ocurrió en otras muchas ocasiones), y desde el SESPA como siempre improvisando, mintiendo y manipulando a unos y a otros.

El Sespa lleva ya tiempo desiquilibrando a los profesionales tanto a nivel laboral como emocional, y son estos profesionales, los que van a entrar después a quirófano durante horas para hacer lo que mejor saben, operar, y con ello mejorar la vida del paciente.

Mientras que el Sespa al paciente lo engaña una y otra vez. El doliente es tratado como un número, el cual forma parte de una fría estadística, con la que los gestores de nuestra sanidad pública pretenden cerrarnos la boca. Estadísticas que como es bien sabido son manipuladas hasta la saciedad, con el objeto de desvirtuar la triste y patética realidad que nos está tocando vivir, y que empeora a pasos agigantados.
Por ello, ante cualquier situación sospechosa de estar cometiendose una irregularidad por parte de la administración, hay que dejar constancia por escrito. Interponer en los mostradores de Atención de Pacientes una reclamación, no solo es un derecho, es además una obligación en previsión de males mayores. Como es bien saben los cientos afectados, el Sespa suele hablar de casos puntuales, y claro, después la culpa fue del "Cha-cha-cha" 

Una cosa está clara, que a nuestros gestores públicos lo que menos les importa son los usuarios.