El reparto de cargos de
la dupla PSOE y Unidas Podemos continúa. Poco a poco van dando acomodo a los
diferentes miembros y miembras con el objeto de cubrir los puestos intermedios, de
eso que ellos mismos dieron en llamar un gobierno progresista y de progreso. Hace unos días
fue nombrado secretario de Estado el asturiano Hugo Morán para gestionar el Medio
Ambiente. A otro nivel, aunque no por ello menos importante, nos encontramos
con Faustino Blanco, el cual repite como como número dos de Sanidad, al
continuar como Secretaría General. De otro lado Verónica Martínez Barbero
ocupará la dirección general de Trabajo. Así pues, serán tres los asturianos
que ocuparan altos cargos formando parte del Gobierno que preside Pedro Sanchez,
si bien alguna otra pedrea pudiera caer entre algún otro miembro o miembra de
las estructuras de la dupla de partidos que conforma dicho gobierno.
No obstante, lo
verdaderamente llamativo, es la permanencia de Faustino Blanco, el cual va permanecer
en el cargo dentro de la nueva estructura del Ministerio de Sanidad que ahora
dirige Salvador Illa. Quien en su día fuera consejero de Sanidad del Principado
de Asturias (2012-2015), y que había llegado
en septiembre de 2018 para ocupar el cargo de Secretario General del ministerio
de la mano de María Luisa Carcedo. La cual a su vez, había tomado posesión de
la vacante dejada por la hasta entonces ministra dimisionaria Carmen Montón.
Tras el recelo que
despierta el nombramiento de Salvador Illa en el entorno sanitario, pues carece
de cualquier vinculación a nivel profesional con la sanidad que ahora va
dirigir, y su nombramiento se debe unica y exclusivamente a las cuotas de
partido, en este caso PSC. Todo hace prever, que el verdadero hombre fuerte del
Ministerio de Sanidad a partir de ahora va ser nuestro inefable Tino Blanco. Del
cual ya en su día, y siendo consejero de sanidad, algunos decían que tenía una
flor en el culo, pues de lo contrario, no se entendía cómo podían haberlo
nombrado para el cargo, a no ser que este hubiera sido una imposición de
partido llegada desde fuera de Asturias. A la vista de los últimos
acontecimientos, aquellas sospechas de antaño, hoy se ven como ciertas.
Dicen que la permanencia
en el cargo se debe a que es “una persona muy valorada por su trayectoria
profesional y por la gestión llevada a cabo en los diferentes cargos que ha
ocupado a lo largo de su trayectoria”. Aquí conviene recordar su paso por la
consejería de Sanidad de Asturias, donde realizó destrozos de todo tipo y a
todos los niveles, y cuyas consecuencias estamos padeciendo desde entonces.
Pero como es bien sabido, en ciertos niveles de la administración, para el concepto
gestor, resultan ser elegidos los adeptos al partido, o en su defecto, el estómago agradecido de turno, capaz de inmolarse por la causa a cambio de un suculento sueldo y prebendas de
todo tipo.
El licenciado en
Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo Faustino Blanco (Gijón 1953), desarrollo
su vida laboral primero en la Asesoría Técnica de Planificación en el antiguo
Instituto Nacional de la Salud (Insalud). Posteriormente estuvo al frente del
Gabinete de Estudios hasta 1991. Fue director general de Salud Pública en
Asturias y director del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa).
En 2012, de la mano de Javier Fernández ocupó el cargo de Sanidad (2012 – 2015). En 2018, María Luisa Carcedo lo situó como su 'número 2' en el ministerio,
nombrándolo Secretario General de Sanidad, cargo en el que va a continuar, pero esta vez de la mano del nuevo ministro de Sanidad.
Tino Blanco
es un hombre con visión de futuro, sirva como ejemplo, que durante la crisis
interna que vivieron los socialistas en el año 2016, tras la dimisión de Pedro
Sánchez como secretario general del PSOE, dimisión en aquel momento forzada por
los “barones” territoriales liderados por Susana Díaz, Faustino Blanco fue uno
de los que de inmediato se alineó con los 'sanchistas', por eso no es de extrañar
que ahora lleguen los pagos en especie.

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